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Principales
bosques no autóctonos de España
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Secuoyas
rojas (Sequoia
sempervirens)
La
secuoya
roja o de California, es una conífera siempreverde que
pueden
llegar a superar los 100 metros de altura (son unos de los árboles más
altos del mundo) y los 2.000 años de antigüedad. Poseen un tronco
recto, casi cilíndrico y muy grueso, con una corteza también muy gruesa
y de color marrón-rojizo. En la naturaleza crecen en ambientes
templados, húmedos y nublosos, sobre suelos fértiles, profundos,
frescos y con pH ácido o neutro.
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Hojas de secuoyas (Cabezón de la Sal en Cantabria, España).
Fotografía
de Alberto Díaz, 2018.
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En el siglo XVIII se
distribuían por gran parte del oeste de norteamérica (en donde son
originarios), pero la tala masiva hizo que actualmente éstos árboles
sólo se encuentren en pequeños reductos de California y Oregon, como el
Parque Nacional de las Secuoyas (al sur de California).
En
España, los primeros especímenes fueron traídos en 1789 por la
expedición de Malaespina y Bustamante, aunque fueron los británicos los
que introdujeron más árboles de este tipo por toda Europa. En la
península Ibérica fueron plantados originalmente por su carácter
ornamental en parques y jardines históricos, como en el Real Jardín
Botánico de Madrid o los jardines de La Granja de Segovia. Pero fue a
mediados del siglo XX cuando empezaron a plantarse con fines
industriales, dado que este tipo de secuoyas crecen con una gran
rapidez, alcanzan una gran altura y son capaces de rebrotar después de
ser taladas o tras el paso de un incendio.
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Copas de secuoyas del Monumento natural de las secuoyas del monte
Cabezón (Cabezón de la Sal en Cantabria, España). Fotografía de Alberto
Díaz, 2018.

Troncos de secuoyas del Monumento natural de las secuoyas del monte
Cabezón (Cabezón de la Sal en Cantabria, España). Fotografía de Alberto
Díaz, 2018.
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Aún así, la
mayoría de secuoyas que existen en España, suelen estar en jardines,
en pequeños bosquetes de manera aislada o en grupos con pocos
individuos. Aunque en particular, destacan los bosques del monte
Cabezón, en Cantabria; de Poio, en Pontevedra; y de La Losa, en Granada.
- Las
secuoyas del Monte Cabezón: se encuentran cerca de la
localidad de
Cabezón de la Sal (Cantabria), sobre el monte Corona, en un antiguo
robledal costero. Durante la década de 1940, fueron plantadas un gran
número de secuoyas, como fuente de madera, y en busca de especies más
productivas que las autóctonas. Actualmente tan sólo quedan 2,5
hectáreas de la plantación, con cerca de 850 ejemplares, y aún así, es
la masa forestal de sequoyas más grande de Europa. La mayoría de los
árboles rozan los 40 o 50 metros de altura y tienen un perímetro que
ronda los 1,5 a 2 metros.
Junto a las sequoyas, y plantados
en la misma época, aparecen algún ejemplar de pino de Monterrey
(originario de California) y eucaliptos blancos (de Australia). El
sotobosque es prácticamente nulo debido a la densidad del follaje de
todos los árboles.
El área de las Secuoyas del Monte Cabezón
es un espacio natural protegido. En 1901 se incluyó en el Catálogo de
Utilidad Pública, y fue declarado Monumento Natural en 2003.
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Secuoyas del Monumento natural de las secuoyas del monte
Cabezón
(Cabezón de la Sal en Cantabria, España). Fotografía de Alberto Díaz,
2018.
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- Las
secuoyas de Poio: se sitúan en los montes de San Xoán, en
el Concello de Poio (Pontevedra), concretamente en el monte Castrove, a
600 metros de altitud. El gobierno de Estados Unidos regaló unas 500
secuoyas rojas para la celebración de los 500 años de la llegada de
Cristóbal Colón a América, y éstas fueron plantadas en diciembre de
1992 para conmemorar el evento.
En la actualidad, se conservan unos 450 ejemplares agrupados en unas 2
hectáreas de terreno. La mayoría de los individuos siguen siendo
jóvenes, y poseen una altura de unos 28 a 35 metros.
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Las
secuoyas de La Losa: se localizan en el municipio de
Huéscar
(Granada). Fueron un regalo, que en la segunda mitad del siglo XIX, el
duque de Wellington dió al marqués de Corvera, para la ornamentación
del cortijo de La Losa. Actualmente se conservan unas 50 secuoyas, de
unos 50 metros de altura, que crecen por encima de los pinos laricios
que los rodean.
En la provincia de Granada también hay
pequeñas arboledas de secuoyas, aunque mucho menores, en el barranco de
los Tejos (Aldeire) o en el vivero del Posterillo (Jerez del
Marquesado). |
Continúa en la siguiente
página con los eucaliptos...
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