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Palmeras
(fam. Arecaceae)
En España existen al
menos 14 especies de palmeras o palmas no autóctonas, importadas de
otros países. Algunas especies, como las datileras, las canarias o las
californianas, han conseguido naturalizarse y adaptarse al clima de la
península Ibérica y las Canarias.
Las palmeras han sido
plantadas en España desde hace muchos siglos (en la conquista árabe, en
la edad Media llegaron muchas palmeras datileras desde la península de
Arabia) por su valor ornamental y paisajístico (la palmera canaria y la
de la fortuna son muy comunes en calles, plazas, parques y jardines),
por su valor alimentario (los dátiles de las palmeras datileras tienen
un comercio asociado importante) e incluso, por su valor cultural y
folclórico (en muchos lugares de España se cuelgan hojas de palmeras en
los balcones durante el Domingo de Ramos). De hecho, en el año 2000 el
Palmeral Histórico de Elche fue declarado como Patrimonio de la
Humanidad.
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El palmeral de Elche (Alicante, España). Fotografía de Alberto Díaz,
2018.
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Las principales
especies
de palmas no autóctonas de España son:
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La palmera datilera
(Phoenix dactylifera):
es la palmera foránea más
abundante en España. Existen registros de esta planta que se remontan a
la Edad del bronce. En la cueva de los Tiestos (en Jumilla, Murcia), se
hallaron unas semillas de dátil fosilizadas datadas del 2800 a.E.C.
Aunque los árabes extendieron su cultivo, los dátiles ya eran
consumidos en la península por íberos y romanos.
Tradicionalmente
esta planta se ha usado para la producción de dátiles y como especie
ornamental (es muy común en calles y jardines del levante).
En
España se cultiva y aparece en la naturaleza asilvestrada (a veces con
carácter invasor, de hecho está prohibida su importación en las islas
Canarias) principalmente en Baleares, Canarias, Andalucía, y en gran
parte del levante penínsular (en donde destaca el palmeral de Orihuela
o el de la ciudad de Elche, uno de los palmerales más grandes del
mundo). En la actualidad su población está en descenso debido a la
plaga del picudo rojo, un escarabajo rojo difícil de erradicar.
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Palmera
imperial, gran árbol singular del Huerto el Cura en Elche (Alicante,
España).
Es un ejemplar macho de Phoenix
dactylifera, de unos 15 metros
de alto y unos
12,70 metros de ancho, y con una edad estimada de 180
años. La palmera está formada por un gran tronco del que salen 7
hijuelos o brazos que crecen de forma paralela.
Fotografía de Alberto
Díaz, 2018.
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La palmera canaria
(Phoenix canariensis):
es originaria de las islas
Canarias, donde suelen formar entre 10 y 500 metros de altitud, bosques
termófilos a media montaña junto con dragos y acebuches. Pero en la
península Ibérica, en donde está muy extendida (debido a su gran
adaptabilidad y su resistencia al frío), es una especie alóctona.
Principalmente aparece en Andalucía (como en Hoya de Guadix, en donde
alcanza los 913 metros de altitud), la costa mediterránea, el valle del
Ebro, áreas bajas y medias del interior de la península (como en el
Huerto de Calixto y Melibea de Salamanca), las islas Baleares... en
cultivos y jardines o de forma naturalizada. También aparece en países
de Sudamérica, y como la palmera datilera también se ve afectada por el
picudo rojo.
- Las palmeras
californianas o tipo
washingtonias (Washingtonia
filifera): son autóctonas del oeste de
Arizona, sur de Nevada y sur de California en EE.UU., y de la Baja
California y el norte de Sonora, en México. Crecen en la península
Ibérica con muy pocos recursos, en prácticamente cualquier tipo de
suelos, incluso salinos (aunque no aguanta el exceso de humedad o el
encharcamiento y las heladas). Son muy comunes en áreas litorales o del
interior con clima suave, en Andalucía y la costa mediterránea, en
donde se cultivan de forma ornamental o crecen de manera espontánea (a
veces como invasora). No les afecta el picudo rojo.
- La
palmera
de abanico mexicana (Washingtonia
robusta): es una palmera con
tronco robusto y engrosado en la base, y hojas en abanico. Curiosamente
puede hibridar con la palma de California (Washingtonia filifera) dando
lugar a ejemplares con características intermedias. Es autóctona del
sur de la península de Baja California, en donde es muy común. En
España aparece generalmente como especie ornamental en parques y
jardines.
- La palmera excelsa
(Trachycarpus fortunei):
es
originaria de la China central y oriental. Suele tener un
tamaño
mediano (unos 12 m. de altura), su tronco es delgado, más ancho arriba
que abajo y está cubierto de abundante fibra seca. No tiene ramas, las
hojas aparecen en lo alto formando una copa redondeada, y tienen un
peciolo de casi un metro que posee fuertes espinas. Es común, como
especie ornamental, en España y en los países mediterráneos, debido a
su resistencia al frío (incluso a la nieve) y las altas temperaturas.
Aparece en la costa e incluso en áreas montañosas, pero siempre de
manera aislada.
- La palma
pindó (Syagrus
romanzoffiana): es
originaria del sur de Brasil, Paraguay, el litoral argentino y Uruguay.
Es una palmera alta, de hasta 25 m. de altura, con hojas alternas, de 2
a 3 m. Necesita pocos cuidados, tolera bien suelos relativamente pobres
y las temperaturas frescas, pero necesita humedad en verano. En la
península Ibérica es relativamente común como especie ornamental en
paseos, rotondas, jardines e incluso playas, puesto que es fácil de
trasplantar y soporta la contaminación.
- La palmera Kentia
(Howea
forsteriana): es una palmera endémica de la isla Lord
Howe. Posee un
tronco cilíndrico, verde y esbelto. Requiere poca luz y
aunque
prefiere climas tropicales soporta temperaturas suaves de climas
mediterráneos u oceánicos. En España es común en los jardines y en
áreas costeras cálidas de Cádiz, Málaga, y las islas Canarias.
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La palmera de la jalea
(Butia capitata):
es una palma autóctona de
Brasil, Uruguay, Paraguay y el noreste de Argentina. Posee un porte
arbóreo (unos 7 metros), no tiene ramas, pero sí una copa redondeada
formada por hojas de unos 2 metros de longitud, con un peciolo
espinoso. Se desarrolla bien en terrenos sueltos, profundos y húmedos
pero muy bien drenados, y soporta bien el calor y el frío. En España
aparece de forma ornamental.
- Cocoteras
(Cocos nucifera):
aparecen de manera natural en playas tropicales arenosas del mar
Caribe, el océano Índico y el Pacífico, aunque también se cultiva en
regiones con climas cálidos. Su origen es desconocido. Los cocoteros
son palmeras muy altas (que alcanzan los 30 metros o más) y son muy
características por su fruto, el coco. No soportan temperaturas menores
a los 18ºC, ni una humedad baja. En España son muy poco comunes puesto
que sólo pueden crecer en interiores, salvo en Canarias, en donde son
plantadas en áreas costeras.
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Imágenes de distintos tipo de palmeras en el Huerto el Cura en Elche
(Alicante, España). Fotografías de Alberto Díaz, 2018. |
Continúa en la siguiente
página con los robles
americanos...
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