Tilares (Tilia sp.), temblares (P. tremula), y avellanedas (C. Avellana)
Tilares,
bosques de tilos (Tilia spp.):
Existen dos especies de tilo en la península Ibérica: Tilia
platyphyllos, que aparece en el norte de España y en el
sistema Ibérico
(en donde penetra por el sur hasta la Serranía de
Cuenca); y Tilia
cordata, que sólo se distribuye por
el norte. Por lo tanto, ambas especies tienen una distribución
eurosiberiana, puesto que ambas son especies estan muy adaptadas este
ambiente (Blanco et al, 1997).
Ambos tilos son caducifolios y requieren mucha humedad. El tilo común o
tilo de hoja grande (Tilia
platyphyllos) se caracteriza por su gran
tamaño (hasta 30 metros), su copa en forma piramidal, de color verde
claro, y su corteza gris o grisácea que suele ser lisa en los
ejemplares jóvenes, y suele estar agrietada longitudinalmente en los
árboles más viejos.
El tilo silvestre,
norteño o tilo de hoja pequeña
(Tilia cordata)
suele ser más bajo, normalmente crece unos 20 o 30
metros, su copa es amplia y regular, y su corteza tiene un color pardo
o grisáceo (wikipedia, 2015).
Hojas y flores
de tilo norteño (Tilia
cordata). Fotografías de Alberto
Díaz, 2016.
El tilo común
(Tilia platyphyllos) es
más habitual en los
bosques ibéricos que el tilo
norteño (Tilia
cordata), y se
diferencia de éste porque sus hojas normalmente son más grandes. Las
hojas del tilo común o tilo de hoja grande miden unos 6 o 12
centímetros y tienen forma orbicular u ovada, mientras que las hojas
del tilo silvestre o tilo de hoja pequeña miden de 3 a 8 cm y tienen
forma de corazón.
En general, los tilos no forman grandes bosques, salvo en algunos
cañones calizos en donde pueden desarrollarse, al pie de los cantiles,
grandes ejemplares. Normalmente suelen aparecer espontáneamente dentro
muchos bosques caducifolios, siempre en ambientes húmedos o
moderadamente húmedos (Blanco et al, 1997). Por lo tanto, en la
península Ibérica, las principales formaciones se encuentran en cañones
calizos de los Pirineos y de la cordillera Cantábrica.
Temblares,
bosques de álamos (Populus
tremula):
Los temblares o bosques de álamos o chopos temblón (Populus tremula)
aparecen de forma muy dispersa en el norte de la península Ibérica,
sobretodo en los Pirineos y en la cordillera Cantábrica. Prefieren
suelos húmedos y desarrollados, y ambientes frescos. Suelen
establecerse en vertientes, en laderas, cerca de formaciones de
ribera... (Blanco et al, 1997).
De forma aislada, los chopos temblones suelen estar presenten en
bosques mixtos (ver bosques
mixtos eurosiberianos) con
abedules, fresnos, avellanos...
En la península Ibérica, las principales poblaciones de esta especie se
encuentran (según Blanco et al, 1997) en Galicia, en los valles de
algunos ríos, como el Sil, el Jares, el Bibey...; en algunas laderas y
valles de los Pirineos; en muchos puntos dispersos de la cordillera
Cantábrica; y en el Sistema Central, en donde destaca, en particular,
el bosque de chopos y abedules del Puerto de Canencia, entre Miraflores
de la Sierra y Canencia, en la comunidad de Madrid
(ver bosques de
abedul).
Avellanedas
(Corylus avellana):
El avellano
(Corylus avellana)
es un árbol eurosiberiano, se distribuye
por toda la península, pero principalmente en el norte. Prefiere
ambientes húmedos, y suelos desarrollados, frescos y profundos, aunque
también aparece, de forma aislada, en suelos poco evolucionados, en
repisas rocosas calcáreas y en vertientes escarpadas (Blanco et al,
1997).
Históricamente, ha sido una especie favorecida por el ser humano por
sus frutos y sus ramas (muy usadas en cestería), aunque es una especie
que de forma natural se adapta muy bien al medio silvestre puesto que
es un árbol flexible y muy tolerante a nivel climático y edáfico
(Rubio, 1989).
Esta especie arbórea es singular puesto que no muestra la imagen típica
de un árbol con un tronco y una copa, sino que de una cepa, suelen
crecer varios ejes unidos.
Normalmente aparece de manera aislada, en pequeños grupos o en rodales,
dentro de bosques donde dominan otras especies (en bosques mixtos,
hayedos, tilares, tejedas, boques de ribera...). Pero, aún así, es un
árbol capaz de crear formaciones puras, monoespecíficas, aunque muy
pequeñas y de densidad variable (Blanco et al, 1997).
En la península Ibérica aparece en el norte, en algunos arroyos y ríos
de Galicia (de manera natural, aunque también de forma artificial,
originados por selección antrópica); en la cordillera Cantábrica; en
varios valles y laderas de los Pirineos; en el Sistema Ibérico (en la
sierra de Javalambre, al sur de la provincia de Teruel) y en el Sistema
Central (Blanco et al, 1997).
En el sur de la península Ibérica, los avellanos son mucho menos
frecuentes que en el norte. Aparecen de manera muy aislada en algunos
puntos de Andalucía como en sierra Nevada y en Cazorla... En el sur de
la península, el avellano debe refugiarse en valles profundos, frescos
y muy húmedos. En esta zona, el cortejo florístico del avellano cambia
radicalmente, y es sustituido por especies más mediterráneas (Blanco et
al, 1997).
Avellanedas
pirenaicas de montaña |
Avellanedas
béticas de valles frescos y profundos |
Acer
campestre, Sorbus aucuparia, Sorbus aria, Prunus padus, Prunus avium,
Buxus sempervirens, Fraxinus excelsior, Viburnum lantana, Lonicera
xylosteum, Populus tremula...
|
Acer opalus,
Sorbus torminalis, Sorbus aria, Prunus spinosa, Taxus baccata, Ilex
aquifolium, Fraxinus angustifolia, Viburnum tinus, Viburnum opulus... |
Especies
acompañantes de los avellanos en el norte y en el sur de la península
Ibérica. Resumido de Blanco et al (1997). |
El avellano también se cultiva en algunas zonas de la península. En
particular, destacan los cultivos de Girona y el Camp de Tarragona
(Blanco et al, 1997).
Hoja
y flor (marchita) de avellano.
Fotografías de Alberto Díaz, 2016.
|