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Bosques de ribera (cont.):
La vegetación de ribera o riparia se
distribuye en zonas en función de la altitud y de la cercanía al río (o
a la fuente de agua).
En función de la altitud y las variaciones
macroclimáticas (o climáticas) que aparecen a lo largo del curso del
río (sobretodo en ríos largos) se aprecia un cambio significativo de la
vegetación que acompaña a los ríos. Existen grandes diferencias entre
la vegetación de ribera en la alta montaña y la vegetación de ribera
que aparece en el curso medio o en la desembocadura, puesto que muchas
especies tienen límites muy definidos respecto a la altitud. Este
fenómeno
permite realizar una pequeña clasificación o zonación de los árboles
riparios más comunes de la península Ibérica en función de su
adaptación a la altitud (Blanco et al, 1997) dividiéndolos entre árboles de alta montaña
y árboles de ribera de
áreas medias o bajas.
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Zona
de alta montaña
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Sauce
bicolor (Salix bicolor):
(1.200) 1.500-2.300 m.
Salza (Salix daphnoides):
1.600-2.000 m.
Sarga (Salix purpurea):
200-1500 (2.000) m.
Álamo temblón (Populus
tremula): 50-2.000 m.
Salce (Salix atrocinera):
0-2.000 m.
Abedul común (Betula
pendula): 0-2.000 m.
Abedul blanco (Betula
alba): 0-1.800 (2.000) m.
Fresno (Fraxinus
excelsior): 0-1.800 (2.000) m. |
Zona
media-baja
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Mimbrera
(Salix frágilis):
0-1.900 m.
Sauce blanco (Salix alba):
0-1.800 (1.900) m.
Sauce cántrabro (Salix
cantabrica): 700-1.800 m.
Olmo (Ulmus minor):
0-1.650 m.
Chopo negro (Populus
nigra): 0-1.500 (1.800) m.
Aliso común (Alnus
glutinosa): 0-1.200 (1.700) m.
Álamo blanco (Populus
alba): 0-1.000 (2000) m. |
Vegetación
de ribera en zonas de alta y media-baja montaña.
* Al lado de cada especie se incluye el rango de altitud según los
datos de Flora Ibérica (Castroviejo, 1986-2012). Fuente: Blanco et al,
1997; Castroviejo, 1986-2012. |
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En función de la cercanía al río, la vegetación se distribuye en unas
bandas o zonas paralelas a ambos lados del río teniendo en cuenta la
resistencia a las inundaciones y las necesidades hídricas de cada
planta. De esta forma, se puede crear un esquema “idealizado” de las bandas de vegetación de los
bosques de ribera que tiene un gran valor descriptivo pero
que en la naturaleza suele aparecer distorsionado, alterado, acortado o
incompleto. Según este esquema la vegetación de ribera se ordena en las
siguientes bandas (Blanco et al, 1997):
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Canal |
Llanura de inundación |
Valle |
Plantas
Acuáticas (higrófilas) |
Vegetación helofítica |
Vegetación
resistente
a las
inundaciones |
Vegetación
forestal con un alto nivel freático |
Vegetación
influida por la humedad del cauce |
Vegeta-
ción climática
|
Ranuncu-
láceas, nifas... |
Juncos, gramí-
neas... |
Sauces arbustivos... |
Alisos,
sauces, chopos... |
Olmos,
fresnos... |
Encinas,
robles...
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Bandas de
vegetación en los bosques de ribera (Blanco et al, 1997). |
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- Plantas acuáticas
(higrófilas o hidrófitas): son plantas acuáticas o subacuáticas que
viven en el agua al menos durante parte del año. Algunas flotan
totalmente, aunque la mayoría están fijadas en el fondo del río y sólo
asoman por encima del agua algunas partes de la planta (como las hojas
y/o
la flor). Dentro de este tipo de plantas destacan las ranunculáceas,
potamogetonáceas y ninfeáceas.
- Vegetación helofítica:
son grandes hierbas que están enraizadas bajo el agua pero que tienen
la mayor parte de su aparato vegetativo por encima del agua. Estas
plantas sólo se desarrollan en aguas tranquilas y en áreas con suelos
poco profundos (son comunes en lagos y lagunas). Algunos
ejemplos de
este tipo de vegetación son las juncáceas, algunas gramíneas, las
ciperáceas...
En algunas partes de la región mediterránea, en verano, el río se seca,
y el cauce queda invadido por plantas helofíticas en reposo vegetativo.
- Vegetación arbórea y
arbustiva resistente a las inundaciones durante largos periodos.
Los sauces (sobretodo los sauces arbustivos) son las especies más
típicas de este tipo de comunidades.
- Vegetación forestal
menos afectada por las crecidas periódicas situadas en áreas con un
alto nivel freático y en suelos estables. Los árboles de
estas áreas tienen una alta capacidad regenerativa, los más comunes
son, en función de la cercanía al río: los alisos, los grandes sauces
(Salix alba
y Salix fragilis)
y más alejados, los chopos.
- Vegetación forestal
influida por la humedad del cauce del río en donde no hay inundaciones
en ningún momento del año. En esta parte suelen aparecer
olmos, en áreas con sustratos ricos en carbonatos, y los fresnos en
suelos arenosos.
- Vegetación climática o
climatófila es decir, formaciones vegetales propias de la
cuenca en la que se inserta el río, mezcladas con el bosque de ribera.
Son las formaciones que aparecen más alejadas del río.
Por último, a continuación se muestran las especies más características
de los bosques de ribera de la península Ibérica (según Blanco et al,
1997):
- Saucedas arbustivas:
este tipo de árboles suelen formar una banda definida de vegetación
justo en el margen del río, siempre que el régimen pluviométrico de la
cuenca no sea muy regular o que el cauce del río no esté estabilizado
(si se estabiliza aparecen menos sauces y son sustituidos por otras
especies como los chopos). Además, estos sauces arbustivos también
colonizan áreas con gravas y zonas de inundación o de crecida de los
ríos.
Las especies de sauces más comunes en el norte son: Salix atrocinerea, Salix caprea, Salix cantabrica, Salix triandra, Salix eleagnos
subsp. angustifolia,
Salix
bicolor, Salix
daphnoides y Salix
fragilis; y en el sur: Salix purpurea, Salix salviifolia o
Salix
pedicellata (Blanco et al, 1997).
- Alisedas:
son una formación vegetal típica y abundante de la iberia eurosiberiana
aunque también aparecen en áreas húmedas de la región mediterránea. Los
alisos (Alnus glutinosa)
viven en suelos muy húmedos, encharcados, a
veces en sitios en donde el agua cubre parte de las raíces, por ello,
no suelen aparecer fuera de la ribera salvo que haya otra fuente de
agua, por ejemplo en un acuífero. Se sitúan principalmente en los
márgenes de los ríos o en la segunda banda de vegetación después de los
sauces arbustivos. Se instalan sobre sustratos ácidos y silíceos puesto
que prefiere los suelos pobres en carbonatos (Blanco et al, 1997).
Los alisos se presentan en la naturaleza en forma de bosques puros, en
bosques mixtos, en rodales o aislados. En la península Ibérica aparecen
en Galicia, Euskadi, Cataluña, los Pirineos, Gredos, la cuenca
del Ebro y del Tajo, sierra Morena, sierra del Aljibe, algunas
áreas de Cádiz, etc. (Blanco et al, 1997).
En las alisedas, los árboles forman un estrato arbóreo continuo en
donde las copas, suelen tocarse, de hecho a veces, cuando el río es
estrecho, los alisos de ambas orillas pueden llegar a unirse. Generan
sotobosques umbrosos, por lo que normalmente hay pocos arbolillos y
arbustos acompañándolos, aunque el estrato herbáceo es rico, suelen
aparecer gramíneas y helechos, y suele haber bastantes lianas y
enredaderas. De todas formas, el sotobosque de los alisos es variable
puesto que estos árboles tienen un área de distribución bastante amplia.
- Fresnedas:
son bosques de galería muy característicos de la región mediterránea.
Se desarrollan sobre sustratos pobres en carbonatos y en lugares
arenosos. Siempre aparecen más alejados del cauce del río que los
sauces y los alisos, y pueden estar presentes en áreas no ribereñas,
como en zonas de ladera o en depresiones con mucha humedad (Blanco et
al, 1997).
El fresno (Fraxinus
angustifolia) puede formar bosques puros, con pocas
sombras y ricos sotobosques, y bosques mixtos con alisos (en áreas
húmedas), con chopos temblones, abedules, con algunos tipos de sauces e
incluso con melojos. Normalmente las fresnedas aparecen adehesadas
porque son bosques muy útiles para el ser humano, pero existen algunos
bosquetes seminaturales situados en áreas de difícil acceso, como las
fresnedas de las riberas de Cabañeros, en Ciudad Real (Blanco et al,
1997).
- Choperas o alamedas:
son formaciones de chopos: Populus
alba y Populus
nigra. Ambas especies suelen formar bosques mixtos en los
que aparecen juntas, pero tienen ciertas diferencias. El álamo negro (Populus nigra)
resiste menos las temperaturas altas y prefiere suelos sueltos,
mientras que el álamo blanco (Populus
alba) es más termófilo y necesita suelos más ricos (Blanco
et al, 1997).
Las alamedas aparecen en toda la península Ibérica, en áreas
mediterráneas y subcontinentales, principalmente en Andalucía, Cataluña
y en el valle del Ebro. Aunque son formaciones en regresión, aún
existen bosques de chopos interesantes en el río Gaiá en Tarragona, en
el río Guadiaro en Málaga, en las riberas del Tajo cerca de Aranjuez
(Madrid), en el tramo Pastriz-Alfranca del río Ebro en Zaragoza, en los
Sotos de Sabuguera, en Alfaro en la Rioja... (Blanco et al, 1997).
Los chopos pueden llegar a formar choperas o alamedas muy densas y
compactas muy cerca de los ríos. También puede aparecer en bosques
mixtos con sauces grandes (Salix
alba y Salix
fragilis) o con fresnos.
- Olmedas:
son comunidades o formaciones de olmos (Ulmus minor). Son
las especies riparias menos exigentes respecto a la humedad, por lo que
suelen aparecen entre los bosques de sauces, alisos, fresnos... o fuera
del bosque de ribera (Blanco et al, 1997).
Los olmos viven sobre suelos profundos y ricos, en sustratos ácidos y
básicos, aunque prefiere niveles de pH altos. Son especies
mediterráneas, aparecen en gran parte del centro, el este y el sur de
la península, en las cuencas del Tajo, el Segura, el Guadalquivir, el
Ebro... Pero durante los últimos años, debido a la presión del ser
humano, la sustitución de olmedas por terrenos agrícolas y ganaderos, y
el ataque de la grafiosis, los bosques de naturales de olmos bien
conservados prácticamente han desaparecido (Blanco et al, 1997).
- Tarayales:
son pequeños bosques o formaciones vegetales en los que domina alguna
especie del género Tamarix. En la península Ibérica las especies más
comunes son Tamarix
boveana y T.
canariensis, que son muy resistentes a la salinidad, junto
con Tamarix africana
y T. gallica,
que son especies menos resistentes a la sal (Blanco et al, 1997).
En general, los tarayales son formaciones más o menos abiertas (en
función de la humedad ambiental) que suelen aparecer cerca de los ríos,
en lagos, lagunas, marismas, en saladares costeros e interiores... Su
sotobosque depende de la densidad de la formación y de la concentración
de sal que haya en el ambiente (Blanco et al, 1997).
En España destacan los tarayales del tramo medio del río Ebro como los
del saladar del Codo (en Belchite, Zaragoza) o la salada de Chiprana
(en Caspe, Zaragoza).
- Adelfares:
son formaciones vegetales en las que predominan ejemplares de adelfa
(Nerium oleander).
Son comunes en ramblas, en áreas áridas (siempre que
haya humedad freática) y en las orillas de los ríos con caudal
permanente que estén situados en zonas cálidas (Blanco et al, 1997).
En la península Ibérica se sitúan en el sur, en el este, en el noroeste
y en las islas Baleares (principalmente en Ibiza). Pueden crear
formaciones puras aunque es frecuente verlos junto
a chopos, olmos, sauces
arbustivos, sauzgatillos o
cerca de tarayales no
halófilos (Blanco et al, 1997).
En la península Ibérica destacan los adelfares del río Algar (en
Callosa de Ensarriá, Alicante) y los de las torrenteras del macizo de
Mágina (en Jaén).
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de los cálculos y las aplicaciones de la fotografía aéra...
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