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F5. Tipos de fotografías aéreas
Fotointerpretar
es, básicamente, identificar los diferentes objetos que aparecen en una
fotografía aérea, es decir, examinar la imagen con el fin de extraer
toda la información posible. También implica definir e identificar
todos los elementos naturales (bosques, elementos geológicos, ríos,
lagunas...) y los elementos humanos (edificios, carreteras,
senderos...) de la fotografía.
Es una técnica que requiere práctica, experiencia y muchos
conocimientos (de geología, botánica, arquitectura, urbanismo...), y a
veces incluso es necesario visitar el lugar in situ para poder
identificar todos los elementos de la fotografía o consultar mapas o
bibliografía del territorio.
Al fotointerpretar es importante tener en cuenta las siguientes
características de los elementos que aparecen en la fotografía:
-Tamaño: es
una de las características más útiles para la
identificación de los elementos de una fotografía, y puede ser el
factor decisivo para distinguir objetos con formas similares (por
ejemplo, entre una carretera y una autopista la diferencia fundamental
es el tamaño).
Todos los elementos se identifican comparando los tamaños de cada uno
de ellos. A veces, para identificar ciertos objetos es necesario
medirlos teniendo en cuenta la escala, por ejemplo, para distinguir
entre unos olivos y unas vides, o entre unos árboles y unos matorrales,
se puede medir el diámetro de las especies. En bosques con
características semejantes es necesario observar la altura de los
árboles (a través de las sombras) para identificar la edad y el estado
de desarrollo de las masas boscosas.
- Forma: es
la característica que mejor explica la clasificación de
objetos dentro de ciertos parámetros, esto se debe a que las formas
observadas en la fotografía aérea se pueden relacionar directamente con
las formas de los objetos que estamos acostumbrados a percibir.
La forma o la silueta puede ser la única y evidencia para la
identificación de los elementos de la imagen. En general, los elementos
humanos tienden a poseer figuras geométricas perfectas: líneas,
cuadrados, círculos (como las carreteras, los cultivos, las casas, los
barrios, los polígonos industriales...) mientras que los elementos
naturales tienden a tener formas más irregulares (como los ríos, las
montañas...). Por lo tanto, la forma es muy útil, puesto que
rápidamente nos permite diferenciar los elementos humanos de los
naturales.
- Tono y color:
la variación del tono y el color es el resultado de las
diferencias en las cualidades reflectantes de los objetos.
En imágenes en blanco y negro se deben observar las distintas gamas de
grises que aparecen en la fotografía. En general, los campos abiertos,
la nieve, las nubes, las olas, las dunas, las superficies mineras, las
arenas... tienden a tener tonos claros. Las áreas con yeso, rocas
calcáreas y dolomíticas, areniscas claras, arcillitas, lutitas,
limolitas, margas... presentan un color grisáceo. En cambio, el
carbón, las grauvacas oscuras, las rocas intrusivas, efusivas, básicas
y ultrabásicas, la vegetación densa, las praderas, los ríos, los lagos,
los céspedes (regados), los cultivos y las áreas con mucha humedad...
suelen aparecen en tonos muchos más oscuros.
En las imágenes en color la fotointerpretación suele resultar más
sencilla puesto que los elementos de la fotografía suelen tener un
color similar a la realidad (aunque algunos elementos como los ríos
cambian ligeramente de color).
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Distintas gamas de color en fotografía aérea. A: Color blanco de nieve
en los Pirineos; B: Gris de granito en Teruel; C: Marrón en tierras
agrícolas en Zamora; D: Marrón oscuros de encinares en Cuenca; E: Rojo
en Montaña Roja de Tenerife; F: Verde claro de prados en La Coruña; G:
Verde en Hayedos de la Selva de Irati en Navarra; H: Azul oscuro en el
embalse de San Juan en Madrid; I: Azul claro del mar en La Coruña.
Composición realizada por Irene Martín Higes. Imágenes del PNOA ©
Instituto Geográfico Nacional de España.
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- Textura: es
otro factor clave en la fotointerpretación, representa la frecuencia de
cambio de tonalidad en la fotografía. El granulado, la rugosidad, la
suavidad, el lineado, el bandeado, el jaspeado, el moteado... permiten
diferenciar elementos que a priori parecen ser parecidos dentro de la
imagen, por ejemplo, un bosque adulto presenta una textura gruesa,
mientras que un bosque joven presenta una textura más fina.
Además, una textura moteada indica diferencias de humedad,
porosidad y contenido orgánico en la roca.
- Sombra:
es una característica que se debe tener muy en cuenta. Proporciona una
visión desde el suelo del objeto y su longitud es muy útil para
determinar la altura de los elementos que aparecen en la fotografía.
Además, la sombra permite apreciar y reconocer elementos que no son
observables desde el plano horizontal. Por ejemplo, los molinos de
viento o los viaductos se identificar mejor por su sombra que por su
forma. Las sombras ayudan a tener una visión más tridimensional de la
fotografía.
- Entorno:
muchos elementos que aparecen en la foto se deducen o se intuyen
observando el entorno en el que están ubicados. Por ejemplo, algunos
ríos con poco caudal no pueden verse en la fotografía, pero pueden
deducirse que existen por la orografía en la que se encuadran o al ver
la vegetación de ribera que los cubren o los rodea.
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