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Otras formaciones vegetales:
matorrales y bosques de ribera.
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Matorrales:
Los
matorrales son formaciones vegetales constituidas por especies leñosas
de poca altura y ramificadas desde la base, compuestas principalmente
por árboles pequeños, arbustos y matas. A diferencia de los bosques, en
la mayoría de las plantas que forman los matorrales no se diferencia el
tronco de la copa y suelen tener formas muy ramificadas, arbustivas,
achaparradas, rastreras...
Pueden aparecer en etapas de
vegetación óptima o clímax, pero actualmente y debido a las acciones
del ser humano (talas, podas, fuegos controlados o provocados,
ganadería, extracción de madera, urbanización, abandono de espacios
agrícolas, deforestación...), la mayor parte de los matorrales
representan etapas regresivas, degradas y seriales de lo que en
realidad deberían ser grandes bosques. Aun así, en áreas de montañas y
en enclaves particulares los matorrales pueden aparecer de forma
más o menos natural.
En las fotografías aéreas no es fácil diferenciar
entre los distintos tipos de matorrales por ello, salvo en estudios de
gran escala, estas formaciones, suelen incluirse de forma genérica,
dentro de una categoría con el nombre de “matorral” o simplemente como
“terreno improductivo”. Aun así, en España, los matorrales ocupan una
gran extensión, aproximadamente el 25% de la superficie de la península
(Rubio, 1989), y generan una gran variedad de paisajes.
Debido
a esta gran diversidad de matorrales, éstos pueden ser clasificados en
función de diferentes criterios. Según su estructura y su estado de
conservación se dividen en: matorrales clímax y óptimos, y matorrales
seriales o derivados, y según la especie que predomine en la formación
se suelen clasificar en: matorrales de jaras, brezos, leguminosas,
labiadas...
En función de su estructura,
estado de conservación y etapa climácica, los matorrales
se pueden dividir en dos grupos: los matorrales clímax y los matorrales
derivados.
Los matorrales clímax y
óptimos:
según el “Diccionario de la Naturaleza. Hombre, ecología y paisaje”
(1993), son aquellos matorrales que se encuentran en su etapa
clímácica. En las áreas donde se desarrollan estas formaciones existen
factores (principalmente edáficos, climáticos y/o topográficos) que
impiden que en este área se desarrolle un bosque, por lo que un
matorral bien desarrollado puede representar la etapa final o climácica.
Dentro
de este grupo en España (según de Juan et al, 1993) se incluyen: los
matorrales de altura: piornales, brezales...; las superficies pobladas
por sabina rastrera (Juniperus
sabina) y enebro rastrero (Juniperus communis
subs. nana);
los matorrales semidesérticos del sudeste peninsular: palmitares,
coscojares, arteales, romerales...; los matorrales gipsófilos:
jabunales, chucarrales, ontinares...; los matorrales halófilos:
tarayales, orzagales, almajales...; la vegetación de marismas y áreas
húmedas: juncales, carrizales...; la vegetación de cresterías y
roquedos; la vegetación de dunas y arenales costeros: espartares,
sabinares...; los matorrales xerófilos macaronésicos formados por
arbustos de plantas crasas: cardonales y tabaibares...
Los matorrales seriales
o derivados:
por el contrario, indican fases seriales, derivadas o degradadas.
Suelen representar un estadio de la vegetación entre la etapa de
herbazales y rocas, y la etapa de bosque. Los matorrales degradados o
en degradación, indican fases de regresión en la vegetación provocadas
de forma natural, por la acción del fuego, o por cualquier tipo de
intervención humana.
Dentro de los matorrales seriales se incluyen (de Juan et al, 1993;
Rubio, 1989; SIOSE, 2011):
- La maquis, maquí o
maquias:
son matorrales de monte bajo, elevados (pueden llegar los dos metros de
altura), diversos, muy densos, cerrados y estructurados. Estan
compuestos principalmente por especies arbustivas esclerófilas
siempreverdes (aunque en ellas se puede introducir algún árbol). La
maquia no aparece en el área eurosiberiana o medioeuropea, puesto que
corresponde con un estadio de degradación leve del bosque mediterráneo.
Por ello, en este tipo de formaciones abundan las especies que forman
el sotobosque mediterráneo (Font i Quer, 1953; Rubio, 1989; de Juan et
al, 1993).
Algunas especies típicas de la maquia son (según Font i Quer, 1953;
Rubio, 1989): olivo (Olea
europeaea), algarrobo (Ceratonia
siliqua), palmito (Chamaerops
humilis), durillo (Viburnum
tinus), retama amarilla (Retama sphaerocarpa),
olivilla (Teucrium
fruticans), zamarrilla de los muros (Teucrium chamaedrys),
lentisco (Pistacia
lentiscus), cornicabra (Pistacia terebinthus),
romero (Rosmarinus
officinalis), laurel (Laurus
nobilis), endrino (Prunus
spinosa), retama de olor o ginesta (Spartium junceum),
retama negra (Cytisus
scoparius), sanguino o sanguiño (Cornus sanguinea),
boj (Buxus
sempervirens), majuelo o espino albar (Crataegus monogyna),
guardalobo o retama loca (Osyris
alba), aladierno (Rhamnus
alaternus), espino negro o cambrón (Rhamnus lycioides),
jara rizada (Cistus
crispus), jaguarzo negro (Cistus monspeliensis),
jaguarzo morisco o jara negra (Cistus
salviifolius), jara cervuna (Cistus populifolius),
jara pringosa (Cistus
ladanifer), jara o estepa de montaña (Cistus laurifolius),
Cytisus villosus, jaguarzo blanco (Halimium
halimifolium), Halimium
atriplicifolium, mirto (Myrtus communis),
madroño (Arbustus unedo),
brezo blanco (Erica
arborea), labiérnago u olivilla (Phillyrea angustifolia),
agracejo (Phillyrea
latifolia)...
Además de aromáticas del género Thymus, Lavandula, Satureja,
Calamintha... y plantas trepadoras de los géneros Smilax (como Smilax aspera),
Lonicera, Clematis, Vitis, o hiedras (como Hedera helix) (Font
i Quer, 1953, Rubio, 1989).
-
La garriga (o garric en catalán):
es un matorral más degradado que la
maquía (representan estadios de degradación de media a grave de los
bosques mediterráneos), sigue siendo denso (pero menos que la maquia),
y es mucho más bajo y más pobre en especies (Rubio, 1989). Es un
matorral subarbóreo o arbustivo (en función del grado de desarrollo),
leñoso (en gran parte), xerofítico (adaptado a las precipitaciones
bajas) y más o menos abierto (Font i Quer, 1953), y en él dominan las
plantas con hojas perennes y coriáceas. Tiende a aparecer sobre suelos
edáficamente secos, normalmente calizos.
A veces, se emplea el
término de garriga (sobretodo en Cataluña) para referirse solamente al
matorral de coscoja (Quercus
coccifera), un tipo de formación arbustiva
que puede llegar a ser muy densa y a tener un recubrimiento muy alto
(Rubio, 1989). Pero aunque son muy comunes las garrigas con coscoja,
existen garrigas en donde esta especie no aparece, y pueden representar
fases degradadas de otras especies, como la encina (Quercus ilex), el
quejigo (Quercus faginea),
el pino carrasco (Pinus
halepensis), el pino
piñonero (Pinus pinea)...
(Font i Quer, 1953, Rubio, 1989).
La
maquia y la garriga comparten algunas plantas, pero en la garriga la
lista de especies es menor. Los arbustos más característicos de la
garriga son: lentisco (Pistacia
lentiscus), palmito (Chamaerops
humilis), torvisco (Daphne
gnidium), aliaga o aulaga (Genista
scorpius), retama amarilla (Retama sphaerocarpa),
espino negro o
cambrón (Rhamnus
lycioides), jara blanca (Cistus albidus),
romerina
(Cistus libanotis),
adelfilla (Bupleurum
fruticosum), labiérnago u
olivilla (Phillyrea
angustifolia), hierba de las siete sangrías
(Lithospermum fruticosum),
romero (Rosmarinus
officinalis)... (Font i
Quer, 1953, Rubio, 1989).
Por otro lado, también destacan en la
garriga, las matas y las hierbas (generalmente perennes y anuales),
puesto que en este tipo de formaciones el estrato herbáceo es abundante
y muy rico en especies. Las plantas más comunes son: los Helianthemum
(Helianthemum hirtum,
H.
violaceum, H.
pilosum, H.
cinereum, H.
squamatum...), los Teucrium (Teucrium polium o
zamarilla, T. capitatum,
T.
gnaphalodes...), las lavandas (Lavandula latifolia,
L.
multifida...), oreja de liebre (Phlomis lychnitis),
Salvia
lavandulifolia, tomillo (Thymus vulgaris),
tomillo salsero (Thymus
zygis), tomillo cabezudo (Coridothymus capitatus),
perpetua o
siempreviva (Helichrysum
stoechas), Gypsophila
struthium, tomillo falso
(Lepidium subulatum),
guadramón o sansero (Frankenia
thymifolia)...
Dentro de las gramíneas (y similares) destacan los Andropogon (Andropogon distachyos
y A. hirtus),
las Stipas (Stipa pennata,
St.
Barbata, St.
Parviflora), Avena
bromoides, carrizo (Ampelodesmos
mauritanica), dáctilo o pasto ovillo (Dactylis glomerata),
Brachypodium
retusum... También aparecen en la garriga pequeñas plantas
como
Hippocrepis
scabra, Hedysarum
humile, Plantago
albicans, pinillo
bastardo o yerba de la Cruz (Teucrium
pseudochamaepitys), alcachofilla
(Leuzea conifera)...
y numerosas bulbosas de los géneros Asphodelus,
Muscari, Tulipa, Crocus, Narcissus... (Font i Quer, 1953 ; Wikipedia,
2015).
- La brolla:
es un término catalán que denomina un matorral
mucho más empobrecido que la maquia y la garriga. En este tipo de
matorral hay muchas menos especies, hay más claros, y las matas están
dispersas. La luz penetra en el suelo, debido a la baja densidad
vegetal, y tiende a resecarse en verano (O. de Bolós, 1962; Rubio,
1989).
- El matorral-herbazal
o los matorrales
herbáceos: es una
de las versiones más degradas del matorral. Es una fase muy grave, muy
regresiva, casi final, que conduce del bosque al roquedo. A nivel
vegetal es muy pobre y en ella el suelo presenta un alto grado de
erosión y degradación. En esta etapa los claros ocupan más de la mitad
de la superficie, y los arbustos y las plantas herbáceas que los
componen no suelen pasar de los 50 cm. de altura.
Estos matorrales
suelen estar formados por caméfitos geófitos y hemicriptófitas. Las
especies herbáceas de estas formaciones suelen ser heliófilas (Ferreras
et al, 1987), las más características son los tomillares, romerales,
jarales, esplegueras, centureales... (Ferreras et al, 1987; Rubio,
1989). Los herbazales son necesarios para el pastoreo, por ello,
históricamente, los seres humanos han provocado la destrucción del
bosque y el matorral mediterráneo, por medio del fuego.
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Formaciones
naturales |
Formaciones
antrópicas |
Etapas
arbóreas |
Clímax, bosque esclerófilo perennifolio |
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Bosques esclerófilo empobrecido |
Dehesa, pinar de repoblación |
Etapas arbustivas |
Maquia |
Matorral con pinos, pinar de repoblación |
Garriga |
Matorral con pinos, cultivos, pastos |
Etapa
herbácea |
Pastizal, herbazal... |
Cultivos,
pastos... |
Etapa
sin
vegetación |
Suelo raso, sin vegetación |
Etapas de
degradación de los bosques mediterráneos. Elaborado por Alberto Díaz a
partir de Tomaselli; Quezel et al, 1982; Rubio, 1989... |
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- Otros matorrales
seriales o derivados: pueden incluirse en este grupo las
áreas quemadas pobladas con matorrales, las repoblaciones de especies
aromáticas o las repoblaciones con otros tipos de arbustos.
Por otro lado, los matorrales también puede ser clasificados en función de la especie dominante.
A pesar de que los matorrales mediterráneos y eurosiberianos tienden a
ser pluriespecíficos (es decir, suele haber en ellos varias especies
dominantes), puede haber una especie que destaque sobre el resto. En
función de este criterio los matorrales se pueden dividir (según Rubio,
1989) en:
- Matorrales de especies
normalmente arbóreas: se incluye en este grupo a los
matorrales en los que dominan especies que generalmente tienen un porte
arbóreo, como las encinas, los rebollos, los quejigos... La poda
excesiva y acción humana en general, puede convertir un bosque de
encinas de gran valor, en un territorio pobre con pequeñas encinas
achaparradas o en forma de arbusto.
- Matorrales de jaras
(género Cistus): los matorrales de jaras tienen una gran importancia en
el paisaje de la península Ibérica. La familia Cistaciae, y en
particular el género Cistus (las jaras), forman grandes matorrales
(puros y mixtos), y están muy presentes en casi todos los sotobosques.
Además, son grandes colonizadoras, pueden surgir con relativa rapidez,
tras un pinar arrasado, después de un incendio, en cultivos
abandonados... (Rubio, 1989).
Las especies de jaras más comunes son:
a) La jara pringosa
(Cistus ladanifer)
es la más común, es capaz de crear grandes matorrales monoespecíficos,
casi puros, muy densos y muy altos (a veces supera los dos metros).
Aparecen, sobretodo, sobre sustratos silíceos, aunque también crecen en
suelos calcáreos (Rubio, 1989). Esta planta se caracteriza, como dice
su nombre, por el pigmento pegadizo (aceite de ládano) que tiene en sus
hojas y que le protege de la evaporación estival, y por sus flores, que
tienen cinco pétalos blancos, con una marca amarilla o púrpura en la
base (Ferreras et al, 1987; Wikipedia, 2015).
b) La estepa o jara
estepa (Cistus
laurifolius) y la estepa negra (C. monspeliensis)
son especies silicícolas, o al menos, tienen preferencia por suelos
silíceos. Son comunes, pero no tanto como la jara pringosa (Cistus ladanifer).
c) La jara o estepa
blanca (Cistus
albidus) es una especie mucho más basófila que el resto de
jaras, está más adaptada a suelos con un pH alto. Es heliófila y
xerófila, y se caracteriza por sus hojas grises y sus flores con
pétalos arrugados y de color rosa o morado (Rubio, 1989).
- Matorrales de brezos:
no sólo aparecen en el clima atlántico (en donde predominan), también
existen muchas especies de brezos adaptados al ambiente mediterráneo
(Ferreras et al, 1987; Rubio, 1989) que ocupan grandes espacios solos o
acompañados de las jaras, con las que crea formaciones mixtas de
jaral-brezal (Ferreras et al, 1987). La brecina (Calluna vulgaris),
por ejemplo, es muy común en el clima mediterráneo, es muy buena
colonizadora y aparece en muchas áreas, en lugares degradados, en
sitios donde la vegetación está muy deteriorada e incluso, en áreas de
montaña (Rubio, 1989).
Los brezos surgen en muchos ambientes mediterráneos. En suelos
profundos y húmedos, del oeste de la península, son comunes Erica arborea
y Erica
lusitanica,
mientras que en suelos más secos aparecen Erica australis, Erica
umbellata y Erica
scoparia (Rubio, 1989). En general, los brezos estan
presentes en los bosques mediterráneos, en los matorrales, garrigas...
También puede aparecer junto a otras especies, como por ejemplo, en
formaciones de tojos (leguminosas espinosas) o en los romerales, en
donde es común la Erica
multiflora, y en menor medida la Erica cinerea
(Ferreras et al, 1987; Rubio, 1989).
- Matorrales de fabáceas
o leguminosas (familia Fabaceae o Leguminosae): son un
gran grupo de plantas capaces de formar matorrales puros o mixtos. La
familia de las fabáceas abarca un gran número de géneros que contienen
especies muy comunes en el ámbito mediterráneo (y atlántico), y que
llegan a dominar grandes espacios.
Los géneros (y las especies) más representativos son: Genista (que
incluye unas 40 especies en la península, como por ejemplo: Genista scorpius, G. hirsuta, G. lanuginosa, G. florida...),
Ulex (Ulex parviflorus,
U.
minor, U.
beticus...), Retama (las retamas, como Retama sphaerocarpa
y R. monosperma),
Spartium (Spartium
junceum), Echinospartium (Echinospartum horridum),
Stauracanthus, Calicotome, Cytisus (las escobas) y Adenocarpus (Rubio,
1989; Wikipedia, 2015).
En general, las fabáceas, son especies leñosas (aunque también incluye
especies herbáceas), rústicas, y suelen indicar una cierta degradación
de la vegetación, aunque como son especies enriquecedoras de suelo,
puesto que aportan nitrógeno, tienen un papel muy importante en la
sucesión vegetal y en la formación del suelo (Ferreras et al, 1987;
Rubio, 1989).
- Matorrales de labiadas
o lamiáceas (familia Labiatae o Lamiaceae): son un gran
grupo de plantas que contiene especies muy típicas del ámbito
peninsular calizo, como los romeros, los tomillos, las lavandas, los
Teucrium, los Phlomis... En general, las labiadas suelen formar
matorrales bajos y abiertos, tanto monoespecíficos como
pluriespecíficos (Ferreras et al, 1987; Rubio, 1989).
Los tomillos (Thymus
spp.) viven entre los 0 y 2.000 metros de altitud, en climas muy
variados, e incluso extremos. Aparecen sobretodo sobre suelos muy
degradados o en regiones muy secas (Ferreras et al, 1987). Son muy
abundantes en la península Ibérica, forman matorrales compuestos por
pequeñas matas (de unos 10 o 30 cm., no llegan al medio metro) junto
con gramíneas y plantas criptófitas. La especie mas común es el tomillo
vulgar (Thymus vulgaris).
Las lavandas (Lavandula
spp.) también son especies muy tolerantes a distintos tipos de suelos y
climas. Aparecen en muchos bosques mediterráneos y en muchos tipos de
matorrales, y pueden llegar a formar matorrales puros de casi un metro
de altura. Las especies mas comunes son los cantuesos (Lavandula stoechas
y L. viridis)
que suelen preferir suelos silíceos, y los espliegos (Lavandula angustifolia
y L. multifida)
que tienden a situarse en suelos básicos (Rubio, 1989).
- Matorrales de adelfas:
son formaciones compuesta por un arbusto, con hojas grandes de tipo
lauroide, llamado adelfa (Nerium
oleander). Es un especie muy resistente, que soporta la
acción del ganado (debido a que sus flores son venenosas). Aparece en
barrancos, en lugares de donde hay una cierta humedad, en arroyos con
aguas estacionales... (Rubio, 1989).
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Continúa en la siguiente
página con los bosques
de ribera...
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