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Fuentes \ Fotografías aéreas\ F5. Fotointerpretación \ 5.2. Elementos naturales

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Roble andaluz y encinares)

Se recomienda ver la pequeña guía de identicación de los robles de la península Ibérica para poder identificar in situ las principales especies: robles de España.

- Bosques de roble andaluz:

El roble andaluz, roble moruno o quejigo canario (Quercus canariensis) es un árbol perenne o subpersistente. En España sólo existen pequeñas manchas de este tipo de árbol en Andalucía (principalmente en sierra Morena, en la sierra de Aracena y en el macizo del Aljibe) y en la provincia de Barcelona. Está ausente en Canarias, a pesar de su nombre científico. Vive entre los 100 y los 1.000 metros de altitud, en áreas con una temperatura media anual que se sitúa entre los 12 y los 16 ºC, unas precipitaciones que superan los 600 mm. anuales y en donde no hay una sequía estival muy pronunciada. El roble andaluz es silicícola, sólo se desarrolla sobre sustratos ácidos o básicos descarbonatados formados por areniscas, pizarras o granitos principalmente. Prefiere suelos profundos y frescos y por ello, suele situarse en vertientes húmedas, y en vaguadas y cauces en donde se acumula agua del subsuelo (Blanco et al, 1997).

Es un árbol alto (de unos 30 metros) que suele tener una amplia copa que en las fotografías aéreas normalmente aparece de color verde claro. Generalmente, forma bosques densos, pluriestratificados y muy diversos, aunque actualmente, debido a la intervención del ser humano es muy común observar bosques de roble andaluz adehesados o muy aclarados. El estrato arbóreo suele dominar, y cubre el 70% y 90% de la superficie. Los bosques pueden ser puros, aunque normalmente este roble suele estar acompañado por otras especies de caducifolias frondosas, por pinos, encinas o alcornoques. Los estratos arbustivo y herbáceo, suelen ser muy diversos, pero su número y el espacio que ocupan, varían en función de la distancia a la que estén los árboles principales y en función de la región en la que se ubiquen (Blanco et al, 1997).

Bosque de robles canarios y alcornoques
Bosque de robles canarios y alcornoques en el Puerto del Tinaón en
Jimena de la Frontera (Cádiz), dentro del Parque Natural de los Alcornocales.
Fuente: Mapa forestal de España (MFE50 Cádiz).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.

- Encinares:

Los encinares (Quercus ilex) son los bosques más característicos del bioma mediterráneo. Aunque deberían dominar el mapa forestal de la península Ibérica (muchos autores piensan que tendrían que ocupar más de las tres cuartas partes de la península), sólo se conserva un 10% de su espacio potencial, y de ese reducido porcentaje, la mayor parte corresponde a encinares degradados y encinares transformados en dehesas. Actualmente sólo se mantienen pequeños encinares seminaturales en zonas rocosas de difícil acceso para el ser humano (Blanco et al, 1997).

Desde siempre, la encina ha tenido un gran interés para el ser humano puesto que éste ha aprovechado sus bellotas como alimento para el ganado; su madera como combustible y como material de construcción: y su hábitat como área de pastoreo, zona de caza o como espacio agrícola.

En la península Ibérica existen dos variedades de encinas: la encina o carrasca (Quercus ilex subsp. balllota = Quercus ilex subsp. rotundifolia) y la alzina (Quercus ilex subsp. ilex). La encina es un taxón muy poco exigente a nivel climático, a nivel de humedad y a nivel edáfico, por lo que aparece en casi toda la península salvo en áreas extremadamente áridas, y en áreas de alta montaña en donde los bosques de encinas o carrascales son sustituidos por pinos, quejigos, melojos... La alzina requiere más humedad que la encina y se aleja de áreas con climas contrastados o continentales, por ello, tiende a situarse en áreas bajas cercanas a la costa y en relieves sublitorales (principalmente en las vertientes orientadas hacia el mar), en la costa catalana, y en las sierras de las islas Baleares (aunque sólo en Menorca y Mallorca). Entre estas dos subespecies aparecen taxones intermedios en áreas de contacto, principalmente en la cordillera Cantábrica (Blanco et al, 1997).

En la península Ibérica existen buenos bosques de encinas en Camparañón (Soria), Montejo de Tiermes (Soria), Barahona (Soria), la ría de Guernica (Vizcaya), Llanes y Rivadedeva (Asturias), Laredo, Santoña y Castro Urdiales (Cantabria), Puebla de Trives (Orense), Ciudad Rodrigo (Salamanca), Arribes del Duero (entre Salamanca, Zamora y Portugal), la sierra de Guadalupe (Cáceres), Cabañeros (en Ciudad Real y Toledo), Molina de Aragón (Guadalajara)... Por otro lado, también hay buenos bosques de alzinas (alzinares) en Valdellós y Prades (en Tarragona), en la montaña de Montserrat (Barcelona), en Olot  (Girona), en la sierra de Tramuntana (Mallorca)...

La encina formaría en su estado natural bosques muy densos (puros y mixtos) con mucha biodiversidad y con un estrato arbóreo muy variado formado por encinas, otras especies de quercus (como los alcornoques o los quejigos), pinos, enebros, sabinas, madroños, coscojas, acebuches, algarrobos... pero puesto que estos bosques han sido controlados por el ser humano, actualmente es más común observar encinares (también llamados carrascales) en donde las encinas dominan claramente el bosque y en donde los árboles se reparten de manera dispersa. Por otro lado, los estratos arbustivos y herbáceos, y el grupo de las lianas también suelen ser muy ricos y diversos en su estado natural (aunque dependen del sustrato, el tipo de suelo, el clima del lugar, la etapa serial del bosque...), aún así, la acción del ser humano y el ganado también ha empobrecido en gran medida el sotobosque de estos bosques.

En las fotografías aéreas las masas adultas de encinas suelen formar bosques densos y muestran un color marrón oscuro o claro, verde grisáceo o verde oscuro (dependiendo de la época del año). Los árboles dan en la foto una sensación bidimensional o aplanada, y su copa suele ser pequeña (salvo en ejemplares muy adultos). Por el contrario, en bosques adehesados, los árboles suelen aparecer aislados y no se entremezclan.

Bosque de encina adehesado en El Pardo
Bosque de encina adehesado en El Pardo, Madrid.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.

Bosque mixto de encinas y pinos cerca de el puente de Brunete
Bosque mixto de encinas y pinos cerca del puente de Brunete, en la Com. de Madrid.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
 
 
 

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Alberto Díaz San Andrés (2011-2022), última actualización: febrero de 2022.

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