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Coníferas
mediterráneas (continuación)
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Sabinares:
Los sabinares son formaciones terciarias muy
originales que no abundan en Europa. En la península ibérica aparecen
dos especies: los sabinares albares (Juniperus thurifera)
y los sabinares negrales (Juniperus
phoenica).
Los sabinares albares (Juniperus thurifera)
tienen un mayor territorio respecto a los sabinares negrales. Se
distribuyen principalmente en áreas de clima continental, en el este de
Castilla León, en el centro y sur de Aragón, y en Castilla La Mancha
(MFE50, 1997-2006). Destacan los sabinares de Calatañazor (Soria),
Chaorna (Soria), los bosques de la comarca de Luna (León), los
sabinares de Maranchón (Guadalajara), Albarracín (Teruel), Nerpio
(Albacete)... (Blanco et al, 1997).
Las sabinas albares son árboles
muy resistentes, con un sistema radical muy potente y con una alta
amplitud ecológica. En España viven entre los 140 y los 1.800 metros de
altitud, aunque en Marruecos alcanzan los 3.000 m. También son árboles
heliófilos, soportan temperaturas que van desde los -25ºC a los 40ºC y
sequías duraderas. Crecen sobre muchos tipos de suelos (suelos
pedregosos, sobre gneis, suelos calcáreos, lapiaces...), aunque en la
península Ibérica suelen aparecer sobre cambisoles cálcicos. Pero a
pesar de esta alta capacidad de adaptación, debe competir con muchas
especies arbóreas (pinos, encinas, robles...) y por ello, su hábitat es
reducido (Blanco et al, 1997).
En las fotografías aéreas las sabinas
albares presentan colores verdes oscuros, pueden alcanzar los 20 metros
de altura, y suelen tener forma cónica cuando son jóvenes, aunque
cuando son adultas, presentan formas muy variadas (tubulares,
achaparradas, asimétricas, piramidales...) debido a las podas
realizadas por el ser humano o por el ganado, y a la propia estructura
del árbol.
Los bosques puros de sabina tienen una
estructura clara y abierta, poco densa. De hecho, normalmente, las
copas de los árboles no se tocan entre sí. En Calatañazor y en Abejar
(en Soria), existen sabinares muy densos (con 150 a 200 árboles por
hectárea), pero son casos aislados, es mucho más habitual encontrar
sabinares poco densos (con 15 o 30 sabinas por hectárea) en donde los
árboles están muy separados debido a causas naturales y/o humanas.
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Sabinar de Calatañazor (Soria) en el que se aprecian ejemplares
adultos al sur, y sabinas jóvenes al norte de la foto.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Por otro lado, las sabinas albares también
aparecen en dehesas y en bosques mixtos con enebros comunes (con los
que forma la asoción Juniperetum
hemisphaerico-thuriferae), con enebros de la miera,
sabinas negrales, encinas, quejigos o con distintos tipos de pinos,
aunque estos tipos de bosques mixtos sólo suelen surgir en áreas de
contacto entre dos formaciones. Por lo general, tanto en los sabinares
puros como en los mixtos, al ser formaciones abiertas, permiten el
desarrollo de unos estratos arbustivos, subarbustivos, y sobretodo
herbáceos, bastante desarrollados.
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Sabinar de las Hoces del Duratón en Sepúlveda (Segovia), en el que
aparecen
sabinas albares (más grandes) y enebros (más pequeños) entremezclados.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Además de los sabinares albares, en la
península Ibérica también aparecen, aunque en menor proporción, bosques
de sabina negral (Juniperus
phoenica). Este tipo de sabina muestra en la península
Ibérica dos subespecies: Juniperus
phoenica subsp. phoenica
que se suele darse en el interior, y Juniperus phoenica
subsp. turbinata
que suele aparecer en la costa. Ambas subespecies, se distribuyen
formando pequeñas manchas o pequeños bosquetes junto con pinos o
encinas, principalmente en el este y en el sur de la península Ibérica
(Blanco et al, 1997).
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Enebrales:
Aunque en la península Ibérica existen varios tipos de enebros la única
especie que aparece en formaciones similares a los bosques es el Juniperus oxycedrus
(Blanco et al, 1997). Éste tipo de enebro normalmente tiene el porte de
un arbolillo, pero a veces, puede llegar a alcanzar los 15 metros de
altura.
Esta especie aparece en toda la península, aunque las principales
formaciones ibéricas de enebros se encuentran en la comunidad de Madrid
en Alpedrete, El Vellón, El Boalo, Becerril de la Sierra, Rascafría; en
Salamanca en las Villuercas; en Guadalajara en los montes de Beleña; en
Ávila en la sierra de Gredos; en Soria en la sierra de Toranzo...
(Blanco et al, 1997).
Aunque en el campo es fácil diferenciar las sabinas de los enebros, en
las fotografías aéreas es difícil distinguirlos (aunque las sabinas
suelen ser más grandes) puesto que ocupan territorios similares, y a
veces, aparecen las dos especies mezcladas.
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Enebral (con encinas y pinos) situado entre El Vellón y El Espartal
(Comunidad de Madrid)
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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-Bosques
de araar:
El araar, la sabina mora o ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata)
es el único árbol de su género que existe en la península Ibérica, y a
pesar de que es una especie muy extendida en el norte de Marruecos,
Argelia y Túnez, en España sólo habita en una pequeña región situada en
la sierra de la Unión (en Murcia). Dentro de este espacio, los bosques
de araar no superan las 200 hectáreas, y se concentran en pequeños
grupos situados en la Peña del Águila, en el monte de las Cenizas, en
la Huerta Calesa, en la Cuesta de San Juan, en el barranco de las
Loberas, en el coto de Alquerías, en Escombreras y en los barrancos de
Avenque y Portman (Blanco et al, 1997).
Esta especie soporta un rango de precipitaciones que van desde los 250
a lo 700 mm. anuales y vive en un rango altitudinal que va desde el
nivel del mar hasta los 1.700 metros (aunque en España sólo vive por
debajo de los 370 m.). En las fotografías aéreas es difícil diferenciar
al araar de otras cupresáceas, pero en el campo es fácil distinguirla
por sus piñas cuadrivalvas y sus ramillas “articuladas”.
En la península Ibérica aparece en formaciones muy abiertas, aislados o
junto a pinos carrascos, coscojas y algarrobos, en lugares muy
específicos.
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Bosque de Tetraclinis articulata en el suroeste de la peña del Águila
(en Cartagena, Murcia). Fuente: Inventario Español de Hábitats
Terrestres; Morillo et al, 2003; Alcaraz Ariza et al, 2008. Imagen del
PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Angiospermas
caducifolias
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Bosques de almez
El almez (Celtis
australis) es un árbol caducifolio, a veces clasificado
como subesclerófilo o marcescente (Blanco et al, 1997). Se distribuye
de forma natural por todo el mediterráneo aunque ha sido una especie
muy cultivada, tanto en ambientes urbanos como en zonas rurales, por la
calidad de su madera, por su valor paisajístico y ecológico, y como
fuente de alimento para el ganado.
En la península Ibérica aparece de forma dispersa o en pequeños
bosquetes, principalmente en el Pirineo, en el Prepirineo, en Toledo,
en Madrid y en las sierras catalanas, andaluzas y extremeñas (Blanco et
al, 1997). En particular, destaca el almezal de Mieza (Salamanca), el
más extenso de Europa, que se sitúa en el Parque Natural de Arribes del
Duero (wikipedia, 2014).
El almez, es un árbol que prefiere zonas mediterráneas o
termomediterráneas y suelos profundos y poco compactados. Ocupa
hábitats muy variados, vive en áreas secas, zonas rocosas, y bosques de
ribera.
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página con los robles
de la Iberia mediterránea...
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