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Relieve periglaciar
El término periglaciar fue
introducido por Lozinski (1909) para designar los climas y las formas
geomorfológicas que aparecían cerca de los inslandsis pleistocenos,
aunque en la actualidad el periglaciarismo define las formas y los
procesos que se dan bajo condiciones similares, es decir, en áreas
donde las temperaturas medias rondan los 0ºC (climas ET y Dd de Köppen
y algunas áreas de montaña).
En estas áreas en donde se dan procesos de
periglaciarismo, es común el permafrost,
espesores de suelo, roca u otro material que han permanecido por debajo
de los 0ºC continuamente durante dos o más años (Muller, 1947). Sobre
esta capa helada suele situarse una capa activa de suelo (llamada
mollisuelo) que presenta fases de congelación-fusión responsables de
múltiples procesos periglaciares.
Pero el periglaciarismo no sólo está
asociado con el permafrost, sino también a otros procesos muy variados
(la mayoría relacionados con fases de congelación y descongelación del
agua), como el acuñamiento, el hinchamiento y el empuje, los
desplazamientos en masa, el agrietamiento y la clasificación de los
materiales. El acuñamiento
es el proceso de ruptura de la roca que se forma al crecer el volumen
del agua (al congelarse) que se encuentra en el interior de las
discontinuidades de la roca (poros, diaclasas, planos de
estratificación...). El hinchamiento
y el empuje
son procesos relacionados con la expansión y la retracción del suelo al
cambiar el volumen del agua que hay en el subsuelo, y provocan
movimientos verticales y transversales en la superficie. El
hinchamiento y el empuje se pueden originar por la congelación del agua
de saturación contenida en la capa activa, por la migración del agua
sin congelar hacia lugares de menor presión, o por la segregación del
hielo y la formación de lentejones desde la superficie hacia el
interior del suelo según avanza el frente de congelación. Los desplazamientos en masa
son la consecuencia de la presión hidrostática sobre la capa activa, se
generan en áreas de deshielo activo con exceso de acumulación de hielo.
Estos desplazamientos originan en áreas sin pendiente crioturbaciones,
y en áreas con pendiente reptación por helada y gelifluxión. El agrietamiento se
produce por contracción térmica al disminuir la temperatura en suelos
helados y provoca fisuras, grietas y cuñas de hielo en la superficie.
Por último, dentro de los procesos de periglaciarismo se encuentra la clasificación de los materiales,
un mecanismo complejo por el que las partículas se movilizan y
clasifican en tamaños más o menos uniformes debido a procesos de
congelación.
Todos estos procesos originan una gran
variedad de formas periglaciares que pueden clasificarse en: formas relacionadas con el suelo
helado en disposición horizontal y formas de ladera complejas.
Dentro de las formas relacionadas con el
suelo helado en disposición horizontal destacan los montículos por
congelación perennes y estacionales, el termokarst y las formas que no
suponen variaciones topográficas significativas.
Los montículos
por congelación perennes son grupos de pequeñas lomas
producidos por procesos ligados a la acción de la helada, se dividen en
dos tipos: los pingos y las palsas. Los pingos son
montículos con forma cónica y con un núcleo de hielo que se forman en
áreas de permafrost continuo. Tienen una altura de unos 20 o 50 metros,
un diámetro de unos 300 o 600 metros, por debajo de ellos se extiende
una gran capa de hielo y por encima están recubiertos por sedimentos
sueltos (gravas, arenas, limos...). Todos los pingos actuales tienen
menos de 10.000 años y algunos sólo cientos de años. En su etapa final
suelen desintegrarse paulatinamente por el aumento de su temperatura y
se convierten en lagos de deshielo. El otro tipo de montículo perenne
son las palsas,
pequeñas colinas que se desarrollan en lugares pantanosos y en donde el
permafrost es discontinuo y esporádico (en Canadá, Islandia, Suecia,
algunas áreas alpinas...). Estas palsas se presentan aisladas o
agrupadas y suelen tener una tamaño de unos 0,5 a 7 metros de alto y
unos 10 o 30 metros de ancho. Cuando las palsas están agrupadas forman complejos de palsas
en donde hay muchas de ellas en diferentes etapas de desarrollo, en
donde suelen aparecer muchas depresiones cerradas generadas por
deshielo.
Dentro de los montículos por congelación
estacionales destacan las ampollas de congelación
que se forman por la existencia de agua en la capa activa, durante una
única estación fría, y sólo duran unos meses, o unos 2 o 3 años.
En el termokarst
destacan las alasas,
que son depresiones topográficas irregulares producidas por la fusión
del hielo que originan lagos de deshielo, desplomes de deshielo,
torrentes de temokarst, pingos colapsados...
Por último, dentro de las formas relacionadas con el suelo
helado en disposición horizontal destacan el grupo de las formas que no suponen variaciones
topográficas, es decir las cuñas de hielo, los suelos
estructurados, las crioturbaciones, el enlosado de piedras, los campos
de bloques, las laderas de bloques y los ríos de bloques.
Las cuñas
de hielo,
crecen por adición de nieve, agua percolante, agua subterránea y/o
vapor de agua en el interior de algunas grietas. Son típicas de
ambientes húmedos, y cuando desaparecen por el deshielo quedan
rellenadas por detritos. Los suelos
estructurados o suelos
ordenados son estructuras con formas geométricas que
aparecen en el suelo por la actividad de la capa activa. Este tipo de
suelos presentan formas muy variadas: círculos (de entre 0,5 y 3 metros
y con la parte central abombada, agrietada y desprovista de
vegetación), polígonos (de 5 centímetros a 100 metros en los que la
vegetación tiende a alojarse en los bordes), redes (con céspedes
almohadillados, con formas alomadas sin vegetación...), escalones (en
laderas con pendientes de 3º a 20º y en donde hay capas de vegetación y
capas con clastos imbricados) y en forma de suelos estriados (en
donde se alternan capas de vegetación, clastos y materiales finos). Las
crioturbaciones
son deformaciones mecánicas de suelos que forman estructuras fluidas.
Los enlosados de piedras
y los campos de bloques
son acumulaciones de clastos angulosos separados por espacios vacíos,
puesto que los materiales finos que los unían han sido barridos por el
agua o por el viento. Las laderas
de bloques son campos de bloques acumulados en laderas
con poca pendiente y por último, los ríos de bloques que
son depósitos de grandes bloques situados en valles de ladera o en el
fondo de los valles principales.
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