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Otras
formas geomorfológicas:
En
este apartado se incluye a los relieves en los que no hay control
estructural, ni litológico. Es decir, los relieves glaciares,
periglaciares y antrópicos.
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Relieve glaciar
Se incluye en este grupo a aquellos relieves
que son o han sido formados o modificados por la acción del hielo
glaciar o de los glaciares.
En la actualidad existen diferentes tipos de
glaciares que pueden clasificarse teniendo en cuenta distintos
criterios:
En función de su fisionomía, extensión e influencia
en la topografía Pedraza (1996) diferencia tres tipos de glaciares: los
glaciares
de casquete que corresponden con las grandes masas de
hielo continental; los glaciares
de meseta que son glaciares continentales parecidos a los
de casquete, aunque su tamaño es mucho menor; y los glaciares de montaña
que se forman por la acumulación de pequeñas o medianas masas de hielo
glaciar dentro de relieves altos.
Por otro lado, Muñoz (1992) realiza una
clasificación en ciertos aspectos similar a la de Pedraza (1996) en función de la génesis, la
dinámica, las dimensiones y la configuración de los glaciares,
y los divide en dos grupos: glaciares regionales o inlandsis y
glaciares locales o de montaña. Dentro de los glaciares regionales o inlandsis
se incluye a aquellos que se sitúan en las altas latitudes y aunque
sólo son dos (el glaciar de la Antártida y el de Groenlandia) suman el
97% de la superficie glaciar del planeta. En el otro grupo, los glaciares locales o de montaña
se incluye aquellos que están situados en áreas de alta montaña y que
son el resultado de la abundancia de los aportes nivales. Dentro de
este grupo, que representan tan sólo el 3% de la superficie glaciada
del planeta, aparecen dos subtipos de glaciares: los glaciares de tipo escandinavo o
glaciares de plataforma que se sitúan en áreas llanas y
presentan un aspecto de “casquete suavemente convexo”; y los glaciares de tipo alpino o de
valle que se sitúan entre los valles de las grandes
montañas, y en los cuales hay dos partes diferenciadas: una parte que
recoge el hielo glaciar llamada circo,
y una parte que reparte el hielo
glaciar llamada lengua.
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Glaciar del Monte Perdido (en Huesca, Aragón).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Todos estos tipos de glaciares son
fácilmente reconocibles desde las fotografías aéreas (y desde imágenes
de satélite) y todos ellos, están en movimiento puesto que el hielo
glaciar fluye al deformarse como consecuencia de las presiones que se
producen en su interior, y este movimiento origina procesos y formas de erosión
(al degradar las rocas afectadas por el glaciar) y procesos y formas de
sedimentación y transporte (al mover los materiales
erosionados).
Dentro de las formas de
erosión de un glaciar se pueden diferenciar en función de
su tamaño entre formas
mayores y formas
menores glaciares.
Las formas mayores de
erosión se aprecian en periodos en los que el glaciar está
activo (periodos glaciares) y en los momentos en los que el glaciar ha
perdido su actividad (periodos postglaciares). Destacan por su tamaño
y porque afectan a grandes áreas. En este grupo y dentro de los
glaciares de montaña se incluyen los circos y las artesas glaciares.
Los circos glaciares
son el área en donde se acumula el hielo, depresiones con forma
semicircular o semielíptica, rodeadas de grandes vertientes. En función
de su tamaño y su forma se diferencia entre: los circos de pared que
se localizan entre vertientes escarpadas, tienen un tamaño pequeño (de
decenas o cientos de metros) y carecen de cierre o umbral de salida;
los circos de embudo
que tienen un tamaño pequeño o mediano y forma de semicono invertido;
los circos en cubeta o
en van que tienen una forma de cubeta y una topografía
plana o suavemente cóncava; los circos
de cabecera que tienen un gran tamaño (de varios
kilómetros), forma de fondo de saco y están cerrados en sus tres
cuartas partes por grandes montañas; y los circos de tramo alto
que se caracterizan por su gran tamaño y por poseer un fondo muy
marcado (muy sobreexcavado). Cuando la acción de estos circos es muy
acentuada y rodean a toda la montaña, al final desaparecen y acaban
retrocediendo y verticalizando las paredes de las montañas creando
picos muy agudos que son llamados horn.
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Circo en van en Cabeza Nevada (sierra de Gredos, Castilla y León,
España)
situado al noreste del pico (el triángulo rojo indica la cumbre de
Cabeza Nevada).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Las artesas
glaciares son valles en forma de “U” (a diferencia de los
valles fluviales que tienen forma de “V”) con un fondo cóncavo que
suelen estar rodeando por paredes con pendientes muy marcadas (en donde
a veces se aprecia un cambio brusco en la pendiente que marca el límite
del glaciar). Generalmente los valles de los ríos afluentes quedan
colgados al principal y en épocas postglaciares forman grandes
cascadas, mientras que en el fondo del valle suelen aparecen un
conjunto de lagos alargados.
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Artesa glaciar en el Circo de las Cinco Lagunas
(sierra de Gredos, Castilla y León, España).
La disposición de las lagunas indica claramente la dirección del
antiguo glaciar.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Las formas
menores de erosión se crean por los procesos de abrasión y
sobreexcavación que produce el glaciar. La abrasión se genera cuando
los materiales sólidos que transporta el glaciar chocan y arañan la
roca que rodea al cauce del glaciar. Este proceso genera una serie de
microformas denominadas estrías, acanaladuras, arranques, pulimentos,
rocas aborregadas... que ayudan a comprender el tamaño y la altura del
glaciar, en etapas postglaciares, cuando el hielo ha desaparecido. Por
otro lado, la sobreexcavación se produce por la fricción del hielo en
el lecho glacial y genera cubetas, umbrales, canales subglaciares,
lagos glaciares... En general, estas formas menores no suelen ser
visibles en las fotografías aéreas (salvo que tengan un tamaño
considerable y las imágenes tengan una alta resolución), aunque son
claves en el estudio de los glaciares.
Dentro de las formas de
sedimentación glaciar destacan las morrenas, que son
grandes acumulaciones de depósitos glaciares que se originan cuando
cesa
o se reduce la capacidad transportadora de los glaciares. Son formas
muy importantes, puesto que indican la posición que tenía el glaciar y
el origen de los materiales. En función de su posición se dividen en
morrenas frontales, morrenas laterales y morrenas centrales. Las morrenas frontales o
arcos
morrénicos se localizan en la terminación o en el borde
externo de las áreas afectadas por el glaciarismo. Este tipo de
morrenas tiene forma semicircular, semioval o de arco y su anchura
máxima suele situarse en el centro. Las morrenas laterales
son acumulaciones lineales desarrolladas a lo largo del límite superior
de ambas vertientes de las artesas, que pueden ir desde la salida del
área de alimentación hasta el comienzo del arco frontal. Al igual que
en las morrenas frontales, en las morrenas laterales pueden aparecer
varios niveles y diferentes alturas que indican diferentes momentos de
estabilización del hielo glaciar. Por último, en las fotografías aéreas
también se pueden observar morrenas
centrales que se forman cuando confluyen las morrenas
laterales de dos lenguas glaciares.
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Continúa en la siguiente
página con el relieve
periglaciar...
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