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Relieve volcánico:
Es
uno de los relieves más característicos y más fáciles de identificar
por su peculiar morfología y porque sólo aparece en áreas concretas de
la superficie terrestre es decir, en zonas de acreción y subducción de
las placas litosféricas (márgenes continentales y rifts), en arcos
isla, en algunas islas oceánicas y en áreas volcánicas residuales. En
el océano, por el contrario, la mayor parte de la superficie es
volcánica. Su fotointerpretación es muy sencilla y característica (ver
el apartado de fotointerpretación
de las rocas volcánicas).
Todos
los relieves volcánicos se forman por la expulsión rápida de magma
terrestre hacia la superficie, pero el tipo de erupción, la composición
y la viscosidad del magma, y su consolidación en la superficie
terrestre, determinan una gran variedad de formas volcánicas. En este
sentido, existen cuatro (según Muñoz, 1992) o seis (según MacDonald,
1972; y Summerfield, 1991)tipos básicos de erupciones volcánicas que
hacen referencia a episodios o fases de actividad volcánica, y no a
tipos de volcanes (puesto que en un mismo volcán pueden darse a lo
largo del tiempo todos los tipos de erupciones volcánicas).
Estos seis tipos básicos de erupciones
(según MacDonald, 1972; y Summerfield, 1991) son: islandiana, hawaiana,
estromboliana, vulcaniana, peleana y krakatoa. La erupción islandiana
se caracteriza por su magma básico y poco viscoso, y por la formación
de conos de lava muy amplios y suaves; la erupción hawaiana
es similar a la islandiana, su magma también es básico y poco viscoso
pero su erupción tiene una larga duración, en ella no hay grandes
explosiones, y forma conos de lava muy amplios y extendidos.
La erupción
de tipo estromboliano o stromboliana
combina momentos con efusión de lava y momentos con grandes explosiones
de piroclastos en episodios de duración media o corta, el magma es
moderadamente viscoso, ácido y/o básico, y forma conos de escorias y
grandes flujos de lava. La actividad vulcaniana se caracteriza por
expulsar un magma muy ácido, viscoso y rico en gases, por la ausencia
de coladas de lava y por la emisión violenta o muy violenta de grandes
cantidades de material piroclástico. El tipo de emisión peleana
se caracteriza por la alternancia de episodios de latencia en los que
el volcán acumula materiales y periodos en los que se producen grandes
explosiones que emiten mucha cantidad de lava y nubes ardientes con
materiales piroclásticos; y en la erupción
de tipo krakatoa
el magma es ácido y muy viscoso y se producen grandes erupciones que
forman enormes calderas explosivas. Por último, se puede añadir un
séptimo tipo de erupción volcánica típica de estratovolcanes en los que
aparecen episodios en los que se mezclan algunos o todos los tipos
anteriormente descritos.
Dicho esto, la gran variedad de formas volcánicas
se puede clasificar en cinco tipos diferentes (según Muñoz, 1992):
formas de construcción lávica, formas de construcción piroclástica,
formas de destrucción, formas derivadas de la erosión diferencial y
formas o relieves volcánicos complejos.
Las formas
de construcción lávica
se crean a partir de la acumulación de materiales volcánicos: lavas
(magmas solidificados), piroclastos (fragmentos rocosos proyectados por
el volcán en estado sólido o semisólido) y/o brechas volcánicas (Muñoz,
1992). Dentro de estas formas podemos identificar en las fotografías
aéreas los siguientes tipos:
Coladas:
son depósitos de lavas solidificadas, su forma depende de la
viscosidad, la composición y la velocidad a la que fue consolidado el
magma. Si el magma es muy básico, fluido y se extiende formando una
capa de roca extensa, lisa y homogénea, la colada recibe el nombre de trap; si el magma es
básico y la topografía dificulta su expansión, se forman las coladas en losas;
si el magma tiene una basicidad media, su capacidad para fluir es muy
limitada y la consolidación de los materiales es muy superficial, se
forman coladas de tipo
pahoehoe; si las lavas tienen una alta densidad y forman
superficies onduladas reciben el nombre de lavas cordadas o lavas en tripas;
y por último, si la lava es poco básica, muy viscosa y se consolida muy
rápido la colada adquiere un aspecto escoriáceo y se suele llamar colada aa o malpaís
(Muñoz, 1992).
Domos:
son relieves destacados en forma de cúpula formados por lavas ácidas
muy viscosas que se acumulan y se solidifican muy cerca de la boca de
emisión. Existen domos simples formados en una única extrusión
magmática y cumulodomos que se forman por varias extrusiones de magma
traquítico o riolítico (Muñoz, 1992).
Agujas
volcánicas:
son construcciones de lava de gran tamaño, gran altura, muy agudas y
verticales. Se forman en fases de actividad volcánica de tipo peleano
(Muñoz, 1992). En muchas regiones hispanohablantes las agujas
volcánicas reciben el nombre de pitón
o roque
(wikipedia, 2014).
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Roque de Nublo (en el centro de la imagen) situado
en la isla de Gran Canaria (Las Palmas, Canarias).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Las formas
de construcción piroclástica se crean por la acumulación
de piroclastos, productos magmáticos de aspecto esponjoso y textura
vítrea, que son expulsados por el volcán durante las fases de actividad
explosiva. Los piroclastos tienen un tamaño muy variado, los más
pequeños generan normalmente grandes campos de cenizas, y
los más grandes y pesados tienden a acumularse cerca de la boca de
emisión y suelen formar conos
volcánicos, que son estructuras con forma cónica muy
inestables que pueden abrirse o deformarse y transformarse en conos de herradura
(Muñoz, 1992).
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Cono volcánico en la montaña Tembárgena en El Hierro (islas Canarias).
Ejemplo tomado de Fernández-Pello, 1985 y Martínez de Pisón y
Quirantes, 1994.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Conos volcánicos de herradura en la montañeta del Pino (al oeste),
montaña Cerraja (en el centro), y montaña del Juramento (al este), en
el municipio de El Pinar de El Hierro, en El Hierro (Canarias).
Ejemplo tomado de Fernández-Pello, 1985 y Martínez de Pisón y
Quirantes, 1994. Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de
España.
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Las formas
de destrucción son un tipo de relieve volcánico formadas
por la evacuación, el vaciamiento o la destrucción de formas volcánicas
preexistentes. Las más típicas son los cráteres, las calderas y las
depresiones volcano-tectónicas.
Cráteres:
son depresiones cóncavas con forma circular o elíptica que “coinciden
con la parte más externa del conducto a través del que se produce o se
ha producido la emisión de los productos volcánicos” (Muñoz, 1992). En
los volcanes de tipo hawaiano los cráteres tienen el aspecto de fosas o
cubetas abiertas y suele haber varios agrupados, y por ello tras el
cese de la
actividad volcánica forman lagos
de lava. En los volcanes de tipo stromboliano y vulcaniano
los cráteres se sitúan más o menos en el centro del volcán, tienen
forma de embudo y se crean por la acumulación de escorias en torno a la
boca de emisión; y en los cráteres de explosión gaseosa o de explosión
freática combinan la forma de fosa de los volcanes hawaianos y la forma
en embudo de los volcanes strombolianos y vulcanianos (Muñoz, 1992).
Calderas
o caldeiras: son grandes depresiones de mayor tamaño que
los cráteres (tanto a nivel vertical como longitudinal) que suelen
estar formados por el vaciamiento total o parcial de la cámara
magmática al finalizar largos periodos de actividad volcánica. Tienen
una forma más o menos circular y están rodeadas por paredes
con un gran desnivel y una fuerte pendiente. Si la actividad volcánica
finaliza al producirse el vaciamiento de la cámara magmática el
hundimiento de la caldera se mantendrá o se pronunciará, pero si la
actividad volcánica continua a pesar del hundimiento del volcán, se
pueden formar nuevos elementos volcánicos constructivos dentro de la
caldera (Muñoz, 1992).
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Sector de las Cañadas del Teide (uno de los bordes -señalado en rojo-
de la caldera del Teide), en Tenerife (Islas Canarias).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Depresiones
volcano-tectónicas: son cubetas hundidas con forma
alargada que se forman por el hundimiento de cámaras magmáticas poco
profundas en donde el vaciamiento de la cámara no se concentra en un
sólo punto (como en las calderas) sino a través de varias bocas
alineadas, o por medio de una red de fisuras (Muñoz, 1992).
Las formas derivadas de
la erosión diferencial se crean por la desigualdad
resistencia a la erosión y el desigualdad grado de dureza entre unas
rocas y otras dentro de un mismo relieve. Esta erosión diferencial
actúa cuando la actividad volcánica cesa o se interrumpe y se tiende a
poner en resalte las rocas o los materiales más duros y/o más
resistentes.
Dentro de estas formas derivadas de la erosión diferencial destacan:
Mesas
basálticas o mesas lávicas: “son relieves tabulares
(similares a las plataformas estructurales calizas) cuya superficie
culminante se adapta a una vieja colada masiva extendida sobre rocas de
menor resistencia, las cuales han sido intensamente desmanteladas salvo
en los sectores protegidos por ella” (Muñoz, 1992). Normalmente las
mesas basálticas no están formadas por una sola capa de lava sino por
varias capas de coladas superpuestas.
Espigones
volcánicos: son relieves formados al desmantelarse con
rapidez los piroclastos que rodean el cono volcánico y al quedar en
relieve los monolitos de lava del interior. Tienen un aspectos similar
a las agujas volcánicas, pero los espigones están asociados a fenómenos
volcánicos de tipo stromboliano o vulcaniano y están formados por rocas
diferentes, menos ácidas y mejor cristalizadas (Muñoz, 1992).
Diques:
son crestas alargadas y agudas formadas al rellenarse de lava una
fisura vertical. Su aspecto es muy parecido a los diques de cuarzo y
pórfido de las áreas plutónicas aunque su origen y su composición son
muy diferentes (Muñoz, 1992).
Sill:
son superficies o mesas subhorizontales parecidas a las coladas y a las
mesas lávicas que se forman al ponerse “al descubierto una capa de
magma volcánico intruida y consolidada entre dos estratos de una serie
sedimentaria aclinal” (Muñoz, 1992). Es difícil diferenciar los sill de
las coladas y las mesas lávicas en la fotografía aérea, es necesario un
análisis in situ.
Lacolitos:
son relieves con forma de cúpula o domo que “derivan de la exhumación
de acúmulos de magma volcánico intruido” (Muñoz, 1992).
Plataformas
ignimbríticas o plataformas en conglomerados volcánicos estratificados:
son formas tabulares parecidas a las cuestas de los relieves
monoclinales formadas por capas de estratos duros de ignimbritas.
Por último, dentro de los relieves volcánicos cabe destacar las formas o relieves volcánicos
complejos en donde se combinan en un área concreta formas
de construcción, de destrucción y de erosión diferencial. Estas formas
complejas son propias de áreas volcánicas en donde ha habido una gran
actividad en un periodo muy largo de tiempo y en donde ha habido varios
tipos de actividad volcánica (actividad stromboliana, vulcaniana,
hawaiana, peleana...). Dentro de este grupo las principales formas son:
Conos
complejos: son formas piroclásticas complejas formadas por
la acumulación de materiales volcánicos de varias erupciones separadas
en el tiempo en una o varias bocas próximas entre sí. Aunque son
irregulares tienen una forma más o menos cónica.
Campos
de volcanes hawaianos: son superficies extensas y
continuas de lavas consolidadas formadas por la superposición de
coladas basálticas procedentes de varios cráteres (Muñoz, 1992).
Cumulovolcanes:
son complejos volcánicos formados por la asociación de varios domos y
campos de cenizas o escorias situadas dentro de un mismo cráter o una
misma caldera. En general, son el resultado de la acción de varios
episodios volcánicos en los que se alternan fases vulcanianas y
peleanas (Muñoz, 1992).
Estratovolcanes:
son formaciones volcánicas muy grandes y complejas, elípticas o
circulares, en donde aparecen varias formas volcánicas juntas (domos,
cráteres, calderas, conos volcánicos, acumulaciones piroclásticas,
diques, mesas basálticas...) que se han creado a lo largo de mucho
tiempo, en muchas erupciones volcánicas y en varias fases distintas
(Muñoz, 1992).
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Crater y coladas del estratovolcán del Teide.
Simbología: en línea roja se marca el límite de los materiales; las
flechas rojas
indica el sentido de la lava; Co: Coladas recientes; y L:
Lavas.
(Se recomienda ver imágenes del área a menor escala para apreciar mejor
el relieve)
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Dorsales
volcánicas: son “alineaciones más o menos desarrolladas
construidas por la acumulación y yuxtaposición de formas generadas por
un vulcanismo de larga duración en el que los centros emisores se
alinean siguiendo una fisura cortical” (Muñoz, 1992).
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Continúa en la siguiente
página con los relieves
kársticos y residuales...
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www.biogeografia.net
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