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Relieves
litológicos
Aunque a nivel de detalle o microescala la
litología determina las microformas de la naturaleza, a nivel general
el territorio suele estar determinado por los movimientos y la
disposición tectónica, salvo en algunas áreas, en donde la litología
domina en el control de las formas del relieve, incluso a nivel
regional. En estas áreas en donde domina el control litológico suele
haber un tipo de roca que aflora a lo largo de una gran superficie (un
gran afloramiento plutónico, áreas volcánicas, grandes depósitos
sedimentarios...).
Los principales relieves litológicos
son: relieves graníticos, volcánicos, kársticos y los
relieves residuales.
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Relieve granítico:
Se da en grandes áreas homogéneas en donde
afloran rocas cristalinas plutónicas, rocas masivas, rígidas y muy
resistentes, aunque susceptibles a la fragmentación y la alteración
química. En estos relieves es común ver una serie de fisuras o
diaclasas con formas regulares a nivel vertical y horizontal que
condicionan las formas de relieves y a las que suele estar adaptada la
red de drenaje.
En las fotografías aéreas es fácil
identificar el relieve granítico (ver el apartado de fotointerpretación de los granitos)
principalmente por la homogeneidad del área en donde domina tan sólo un
tipo de roca plutónica (generalmente granitos) y en donde no se mezclan
ni aparecen estratos de otros tipos de rocas.
En el relieve granítico, en función de su
tamaño y su grado de alteración se pueden observar las siguientes formas mayores
(Muñoz, 1992; Pedraza, 1996):
Agujas,
cuchillares, galayos, alayos, crestones o crestas: son
afloramientos graníticos con formas muy agudas, estrechos, alargados y
afilados, que se sitúan en altas montañas y en latitudes altas (debido
a que se forman por ciclos de congelación-deshielo). Pueden encontrarse
aislados o agrupados formando una línea de cumbres. En ellos domina el
diaclasado vertical (de ahí su forma) y suelen estar compuestos por
granitos de grano fino o diques (Muñoz, 1992; Pedraza, 1996).
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Crestones en la Cuerda de los Galayos (en el centro de la imagen) en la
sierra de Gredos (España). Imagen del PNOA © Instituto Geográfico
Nacional de España.
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Domos
o yelmos: son formas graníticas típicas de áreas frías y/o
cumbres montañosas, tienen paredes lisas y curvilíneas, una estructura
convexa y suelen tener un gran tamaño. Su forma (cupuliforme o
campaniforme) se debe a una red de diaclasas curvas y a fenómenos de
crioclastia que van rompiendo y modelando el plutón desde el exterior,
eliminando capas o placas de rocas.
Existen un tipo especial de domos llamados panes de azúcar, que
son estructuras graníticas que siempre tienen un gran tamaño, una
planta circular, paredes más o menos rectas y una gran cúpula
redondeada. Estos panes aparecen en áreas tropicales en donde las
temperaturas y las lluvias son muy altas (Muñoz, 1992).
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El Yelmo de la Pedriza (en el centro de la imagen) rodeado de diversas
formas graníticas (Manzanares el Real, Madrid).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Cerros
graníticos o alineaciones graníticas: son plutones de gran
tamaño que resaltan del resto debido a la acción de la erosión
diferencial.
Berrocales
o canchales: son un conjunto de forma graníticas de tamaño
y forma variadas (aunque tienden a tener formas redondeadas) que poseen
una red de diaclasas ortogonal (curva y radial) a nivel vertical y
horizontal. Son comunes en áreas con climas moderados en donde la
erosión no es demasiado agresiva. En los berrocales, la fracturación
suele ser discontinua, la alteración normalmente está muy generalizada
en la zona (aunque sea poco intensa), y entre los bloques graníticos
aparecen alveolos de arenización o pasillos de arenización en donde se
acumulan granitos descompuestos en forma de grano o arena (Muñoz, 1992;
Pedraza, 1996).
Pedrizas:
son berrocales degradados, relieves muy evolucionados con diaclasado
horizontal y vertical, curvo y radial, en donde los bolos graníticos
(bloques redondeados) están muy erosionados, y en donde hay más
pasillos de arenización que bloques enteros de granito (Pedraza, 1996).
Dorsos
de ballena: son formas graníticas masivas, compactas y
rectilíneas (aunque un poco curvadas) que afloran en la superficie
generando relieves muy bajos.
Tors y
lanchares: son conjuntos graníticos similares a las
pedrizas, salvo que en ellas domina el diaclasado horizontal.
Además, en las fotografías aéreas con relieves graníticos también es
fácil observar las
siguientes formas
menores o microformas graníticas:
Pila,
plas o pilancón no fluvial: “son hendiduras sobre lanchas
graníticas horizontales o subhorizontales, suelen ser poco profundas
con carácter ovoide o esférica y raramente cónicas (...) y se forman
por retenciones de agua en irregularidades de la roca que implican una
meteorización-desagregación de la roca” (Muñoz, 1992).
Aros de
piedra: son resaltes de piedra con una depresión interior
y suelen aparecen asociados a pilancones (Muñoz, 1992).
Tafonis:
son hendiduras producidas por la humedad, situadas en paredes
inclinadas de rocas.
Marmitas
de gigante: son pilancones fluviales formados por flujos
helicoidales que se originan dentro del río durante las crecidas.
Suelen tener formas cónicas o cilíndricas y una cierta profundidad
(Muñoz, 1992).
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Charca verde (en el centro de la imagen) rodeada de berrocales,
en la Pedriza (Manzanares el Real, Madrid).
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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Pavimentos:
son planos o lanchas de gran regularidad, con una escasa pendiente y
con una amplia red de pequeñas diaclasas (Muñoz, 1992).
Canalones
o acanaladuras: son pequeños canalillos de tamaño
centimétrico o decimétrico, paralelos o subparalelos, que se forman en
las paredes de algunas estructuras geológicas. Su origen se asocia a
fenómenos de desagregación por escorrentía pluvial o niviopluvial
(Muñoz, 1992).
Paraestratificación:
es un tipo especial de diaclasado paralelo o subparalelo, muy regular
que se da sobre estructuras graníticas de tal forma que la roca parece
estar estratificada.
Extraplomos:
son “paredes o techos generados por desplomes de bloques” (Muñoz, 1992).
Piedras
caballeras y pedestales: son formas rocosas en las que hay
un bloque aislado que se sitúa sobre una base muy erosionada llamada
pedestal (Muñoz, 1992). Tienen forma de seta.
Agrietamientos
pseudopoligonales: son superficies endurecidas sobre las
que aparecen una red de discontinuidades y grietas con forma de
enrejado (Muñoz, 1992).
Bloques
separados: son porciones de rocas que han sido separadas
de un conjunto rocoso (Muñoz, 1992). |
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Continúa en la siguiente
página con los relieves
volcánicos...
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