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Geomorfología
El estudio
geomorfológico en fotointerpretación es muy importante,
puesto que muestra algunas estructuras que no podrían verse en el
campo. Para este tipo de análisis es necesario tener en cuenta la
topografía, la red de drenaje, la naturaleza de la roca (su
composición, cohesión, tamaño de grano, estructura interna, nivel de
erosión...) y las estructuras litológicas y geológicas (planos de
estratificación, esquistosidad, diaclasas, plegamientos, anticlinales,
sinclinales, fracturas, fallas, etc.) que aparecen en la fotografía.
Antes de analizar los diferentes tipos de
relieves es necesario conocer las principales estructuras geomorfológicas
que pueden aparecer en la fotografía (López, 1987):
- Anticlinales:
son un tipo especial de pliegues, junto con los sinclinales, los domos
y las cubetas, es decir “ondulaciones desarrolladas sobre materiales
estratificados dotados con suficiente flexibilidad y plasticidad como
consecuencia de fenómenos compresivos” (Muñoz, 1992). En los
anticlinales los estratos plegados (los pliegues) se presentan de forma
convexa hacia arriba de tal forma que los estratos inferiores son más
antiguos que los exteriores (Dicc. Nat., 1993). Son áreas relativamente
poco afectadas por los agentes externos de modelado y más resistentes a
la erosión que los sinclinales.
Los anticlinales pueden dar lugar a
distintas formas topográficas en función de su grado de erosión. Si el
nivel de erosión es bajo aparecen montes alargados con cimas
redondeadas y con vertientes más o menos suaves dependiendo del grado
de buzamiento. Si el grado de erosión tiene un nivel medio, suele
aparecer una montaña alargada con un pequeño valle central; y si el
grado o nivel de erosión es alto se puede producir una inversión del
relieve o pueden aparecer una serie de sierras paralelas en las que la
vertiente más pronunciada mirará hacia el eje del anticlinal (López,
1978). Los anticlinales nunca aparecen en formas topográficas formadas
por materiales metamórficos (de medio o alto grado) o por intrusiones
plutónicas (Muñoz, 1992).
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Anticlinal tumbado situado al norte de Los Olmos (Teruel).
Simbología: en línea roja se indica el perfil del anticlinal tumbado;
AC: Arcillas y conglomerados; AA: Arcillas y areniscas; Ar: Arcillas;
y CD: Calizas y dolomías.
Fotointerpretación basada en la hoja 494 IGME.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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- Sinclinales:
también son pliegues, ondulaciones desarrolladas sobre materiales
estratificados pero en los sinclinales la deformación (o pliegue) tiene
forma cóncava, hacia arriba y los estratos interiores son más modernos
que los exteriores (Dicc. Nat., 1993).
Al igual que en los anticlinales con niveles de erosión altos, en los
sinclinales, también puede producirse una inversión del relieve
originando montes alargados con vertientes abruptas (en las que la
parte más suave mira hacia el eje del sinclinal) y cimas planas o
ligeramente deprimidas (López, 1978).
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Sinclinal junto con dos anticlinales en el municipio de Campillo de
Altobuey (Cuenca).
Simbología: con flechas y rayas rojas se indica el perfil del sinclinal
y los anticlinales; y C: Calizas y dolomías. Fotointerpretación basada
en la hoja 692 IGME.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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- Domos
y cubetas: son pliegues muy
cerrados, circulares, con un ondulamiento muy pronunciado.
Los domos y las cubetas son similares a los anticlinales y sinclinales
evolucionados aunque su planta es anular. En los domos las rocas del
núcleo son más resistentes que las rocas del exterior en relieves
normales, y en relieves invertidos las rocas del núcleo son menos
resistentes que el resto. En las cubetas
el proceso es inverso, las
rocas del núcleo son más resistentes al resto en los relieves
invertidos y en los relieves normales el interior es menos resistente
que el exterior (López, 1978).
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Domo estructural (Ar) con relieve invertido en la sierra
de Javalambre al sur del municipio de La Puebla de Valverde (Teruel).
Simbología: con línea roja punteada se muestra el límite del domo;
DC: Dolomías y calizas dolomíticas; y Ar: Arcillas.
Fotointerpretación basada en la hoja 613 IGME.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.
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- Fallas:
son estructuras de dislocación, fracturas en la corteza terrestre con
un desplazamiento de un lado sobre el otro (Dicc. Nat., 1993). Son mas
frecuentes en roquedos consolidados, masivos y antiguos, aunque pueden
aparecer en cualquier tipo de materiales (Muñoz, 1992).
En la naturaleza pueden aparecer pequeñas fracturas (o redes de
fracturas) llamadas diaclasas
(o litoclasas) provocadas por fenómenos o
procesos litogenéticos (consolidación, magmática, diagénesis y
metamorfismo) o por procesos externos, pero las fallas, en cambio, sólo
se forman por procesos orogénicos y tienen un tamaño mucho mayor
(Muñoz, 1992).
Las fallas pueden reconocerse en fotografía aérea en función de
diferentes circunstancias: si se aprecia discontinuidad en las
estructuras geológicas, en la alineación de colinas, cerros...; si
aparecen desplazamientos en los estratos y en diques; si hay cambios
bruscos en el buzamiento; si se ven escarpes de falla o escarpes de
líneas de falla; si se aprecia un cambio brusco lineal y anormal entre
dos materiales distintos; si aparece una alineación anormal en la
costa; si se ve un contacto neto entre un macizo antiguo y un borde
sedimentario; si hay una repetición de tramos en series estratigráficas
sedimentarias... (López, 1978).
Por otro lado, es importante tener en cuenta que no todas las líneas
que aparecen en las fotografías aéreas son fallas, a veces tan sólo son
cambios bruscos en la vegetación o elementos humanos (caminos,
carreteras...).
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Fallas sobre pizarras y areniscas al sureste de Silván (León).
Simbología: en líneas rojas se indica el trayecto de la falla.
Fotointerpretación basada en la hoja 229 IGME.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España. |
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de relieve...
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