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La cartografía del siglo XX en
España (1970-2000)
A finales de los años 60s
y a principio de los 70s se inicia una nueva era en la cartografía
general española. El Instituto
Geográfico del Ejército, en 1968, inicia un nuevo plan de
cartografía militar con varias series cartográficas (series 2V, L, C,
2C, 4C y 8C) que van desde la escala 1:800.000 a la escala 1:25.000. En
1970, se inicia una nueva edición del Mapa Topográfico Nacional a
escala 1:50.000 (MTN50) en la que se emplea por primera ver la
cuadrícula y la proyección UTM. En 1975 se publica la primera hoja del
MTN a escala 1:25.000 (MTN25), y en 1977 finalmente, el Instituto
Geográfico y Catastral se desgaja, y se crea el Instituto Geográfico Nacional.
Los objetivos del nuevo Instituto Geográfico Nacional a partir de ese
momento serán los siguientes: replanteo y observación de la red
geodésica, gestión del Observatorio Astronómico Nacional, realización
de trabajos topográficos, creación de los mapas topográficos
nacionales y la elaboración del nuevo atlas nacional.
En estos momentos, el Ministerio
de Agricultura realiza entre 1970 y 1980 el Mapa de Cultivos y
Aprovechamientos, en el que se representan los cultivos
agrícolas y las tierras forestales de España.
A nivel geológico, en 1968, el Instituto Lucas Mallada del CSIC en
colaboración con el IGME, y bajo la dirección de J. M. Fúster,
publicó la cartografía a escala 1:100.000 de las cuatro islas mayores
canarias, realizadas, y entre 1971 y 1972 el IGME, en colaboración con
diversas universidades, realizó la primera serie de la Síntesis Geológica de España
a escala 1:200.000 que fue la base de la segunda serie
del Mapa Geológico de España (MAGNA) realizado a
escala 1:50.000 en la península, y a escala 1:25.000 en las islas
Baleares y Canarias (Vera et al, 2004).
Después, con el fin de la dictadura y el inicio de la España
de las
Autonomías comienzan a surgir una gran cantidad de mapas autonómicos
de vegetación a una buena escala de detalle. A finales de los años 70,
B. Catón
y P. Uribe-Echebarría
fueron pioneros al crear una obra
cartográfica de gran precisión de la provincia de Álava compuesta por 9
mapas de vegetación actual a escala 1:50.000 y un mapa de vegetación
potencial a escala 1:100.000. Cuatro años después, la obra de Catón y
Uribe-Echebarría fue completada con la publicación en 1984
del Catálogo
florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, otra
gran obra escrita por Aseginolaza,
Gómez,
Lizaur...
entre otros,
compuesta por más de 1.000 páginas en las que se incluía un mapa y una
descripción de todas las especies vegetales de Euskadi, y que más
tarde, en 1990 y en 1992 se tradujo en dos mapas de vegetación del País
Vasco a escala 1:25.000 (Aseginolaza, 1990; Aseginolaza et al,
1987-1992). Además, en estos años, Cataluña crea su propio
Instituto Cartográfico lo que favoreció que pronto se iniciara, en
1983, el Mapa
de Vegetació de Catalunya a escala
1:50.000, de Oriol
de Bolòs y Ramón
M. Masalles, y en 1985,
el Atlas
corològic de la flora vascular dels Països
Catalans dirigido por Oriol de Bolòs.
En la Comunidad de Madrid, Salvador
Rivas
Martínez realizó en 1982, el Mapa de las series de
vegetación de la provincia de Madrid a escala
1:200.000, y
cinco años más tarde, en 1987, junto con el ingeniero de montes y
bioclimatólogo, José
Luis Montero de Burgos, publicó
el Mapa de
Series de Vegetación de España, otra de las grandes
obras de la historia de la cartografía de la vegetación.
El Mapa de Series de Vegetación de España fue
publicado por el Instituto Nacional para la Conservación de la
Naturaleza (ICONA), a escala 1:400.000, a color y acompañado de una
memoria muy completa en la que se describen todas las macroseries,
series y faciones de vegetación de España y sus respectivas etapas
sucesionales, ecología, distribución aproximada, etapas de regresión...
El mapa consta de 30 hojas en las cuales se representa la vegetación
potencial de la zona y en las que aparecen esquemas cartográficos
sintéticos a escala 1:1.000.000 sobre geología, edafología,
productividad forestal, subregiones fitoclimáticas y diagramas
bioclimáticos del área.
El Mapa de las series
de
vegetación de Salvador Rivas Martínez está
basado en las series de vegetación de L. Ceballos, la
cartografía
fitosociológica y fisionómico- ecológica de Rivas Goday (su
padre), las ideas de la clímax de Clements y la fitosociología
de
Braun-Blanquet. La gran importancia del mapa es su valor geobotánico,
dinámico y ambiental, y su utilidad en labores de repoblación. Por todo
ello, el mapa de las series de vegetación de Rivas Martínez sigue
siendo una herramienta básica en el estudio de la vegetación de España,
aunque algunos autores (como Peinado Lorca y Martínez Parras, 1985;
Sainz Ollero et al, 2010) piensan que es necesario actualizar este mapa
con los conocimientos paleográficos y paleofitogeográficos actuales,
puesto que está basado en principios que ya están anticuados, porque en
él no aparecen formaciones mixtas y porque hay ciertas áreas con datos
falsos o erróneos. De hecho, Rivas Martínez, en 2005, en su
Discurso de investidura como Doctor Honoris causa por la universidad de
León (Rivas Martínez, 2006) reconoció las limitaciones de su mapa y
realizó una breve actualización de la obra. Por otra parte, Rivas
Martínez, en 1987 también publicó la Síntesis Corológica de
España a escala 1:1.000.000, en donde se presentaba una de las
primeras versiones de la divisón corológica de España, puesto que
posteriormente el mismo autor realizó algunos cambios de esta obra
(Rivas-Martínez et al, 2002; Rivas-Martínez 2005).
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Mapa de las series de vegetación de España (Rivas Martínez, 1987). Las
capas de las series de vegetación están disponibles en la web del
Ministerio de Medioambiente en formato shp y kml. La topografía marina
y oceánica ha sido tomada de Google maps.
Mapa elaborado por Alberto Díaz, 2020.
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Además, en estos años, ICONA publica
el Mapa de
Estados Erosivos (1987) a escala
1:400.000, el Ministerio
de Agricultura edita el Mapa de
Cultivos y Aprovechamientos (1988), y el IGME publica
el Mapa Minero
de España (1988) a escala 1:1.000.000
y el Mapa del
Cuaternario de España, a la misma escala.
En los inicios de la década de los 90s, se publica entre 1990 y el
2000, una nueva edición del Mapa forestal de
España (MFE200), esta vez dirigido por Juan Ruiz de
la Torre y realizado a una escala mayor, a
1:200.000. Este
nuevo mapa forestal fue promovido por el ICONA y la Universidad
Politécnica de Madrid, y consta de 92 hojas con sus respectivas
memorias. Tiene varias ediciones, una en papel a escala 1:200.00, otra
en formato digital, y una edición sintética a escala 1:1.000.000
publicada en 2002 junto a una detallada memoria de 550 páginas. En este
mapa forestal participaron Montero de Burgos, R.
Villaescusa y un grupo de botánicos e ingenieros de montes que
se dedicaron a fotointerpretar el vuelo nacional fotográfico de 1982-86
y a realizar numerosos estudios de campo durante más de 10 años. Es un
mapa muy útil puesto que tiene una gran cantidad de información sobre
vegetación (tipos, niveles evolutivos, geobotánica, flora...),
geología, edafología, bioclimatología... También es un mapa muy
elaborado y muy bien diseñado cartográficamente, en él el color indica
el tipo de vegetación y su nivel de madurez, los símbolos muestran la
especie dominante (o las especies dominantes) y el origen de la
formación (natural o antrópica), y las sobrecargas informan sobre la
estructura y la talla de la agrupación. Además, gracias a que
es un mapa homogéneo y periódico en el tiempo (actualmente se siguen
realizando nuevas ediciones) esto permite obtener datos
comparativos entre diferentes momentos y territorios de España.
También en los años 90 aparece otra obra imprescindible en el análisis
de la vegetación de España, la reedición ampliada y mejorada
del Atlas
fitoclimático de España o Mapa de
Subregiones Fitoclimáticas de España Peninsular y
Balear de J. L. Allúe Andradre. En
este mapa, de gran valor ecológico y fitoclimático, se divide la
vegetación de España en 4 tipos fitoclimáticos generales (áridos,
mediterráneos, nemorales y oroborealoides) y en 19 subtipos teniendo en
cuenta el análisis de las formas de las curvas de temperaturas y
precipitaciones de 1.069 estaciones meteorológicas. Es un trabajo
sensacional puesto que a partir de planteamientos relativamente
sencillos consigue realizar una clasificación y una sistematización
fitoclimática muy compleja y completa, que actualmente continúa siendo
muy útil en la planificación de repoblaciones y también en el análisis
geobotánico y bioclimático.
Además en estos años las comunidades autónomas y la Unión Europa, a
través de la red Natura 2000, amplían su red de espacios naturales
protegidos lo que favorece la creación de cartografía vegetal a escala
más o menos detallada, como el mapa
de vegetación del Parque Nacional
de Aigües Tortes a 1:50.000 realizado por Carrillo y
Ninot en 1997.
Por otra parte, la cartografía geológica continúa evolucionando en la
década de los 90s y siguen apareciendo mapas de gran importancia como
el Mapa
Hidrogeológico de España de 1991 editado por
el IGME a escala 1:1.000.000, el Mapa
Geológico de la
Península Ibérica, Baleares y Canarias de 1994
realizado por
el Instituto Tecnológico Geominero de España, bajo la dirección
de Camilo Caride de Liñán en colaboración con el
Instituto Geológico e Mineiro de Portugal, el Mapa Geológico
de la Península Ibérica Baleares y Canarias, también de
1994, realizado
por un amplio equipo coordinado por Gabaldón... (Vera et al, 2004). |
Continúa en la siguiente
página con la historia
de la cartografía de España en el siglo XXI...
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