Redes
de drenaje
Las redes
de drenaje, también llamadas redes
fluviales o redes
de avenamiento, son el "conjunto de ríos, vaguadas,
barrancos y demás huellas impresas en el terreno que deja el agua que
constante o intermitentemente circula por él" (López, 1978).
La densidad y la forma de estas redes de
drenaje dependen de las características litológicas (permeabilidad,
cohesión, porosidad, dureza, origen de las rocas...), topográficas
(número y tipo de pendientes, relieve...), estructurales (presencia de
fallas, sinclinales, anticlinales, pliegues...), climáticas
(temperatura, frecuencia e intensidad de las precipitaciones...) y
biológicas de la zona. La densidad del drenaje se puede calcular
dividiendo la longitud de todos los cauces entre el tamaño del área
estudiada. Generalmente esta densidad es inversamente proporcional a la
resistencia a la erosión, la dureza y la permeabilidad de las rocas.
Suele ser alta o gruesa, en rocas impermeables de grano fino, como
lutitas y margas; y baja, espaciada o fina, en rocas permeables de
grano grueso, como areniscas y rocas ígneas.
El estudio de las redes de avenamiento es
imprescindible en fotointerpretación puesto que ofrecen una gran
información. Junto con la tonalidad y la textura, el reconocimiento del
tipo de drenaje es el elemento de mayor importancia en la
interpretación fotogeológica. De hecho, existen redes de drenaje que
sólo se dan en un tipo determinado de rocas, aunque otras redes, como
las redes dendríticas pueden encontrarse en rocas consolidadas, en
rocas inconsolidadas, en rocas sedimentarias, ígneas o metamórficas, y
en terrenos de estructura simple o compleja. Por otro lado, las redes
de drenaje también ayudan a encontrar la dirección y el buzamiento de
las capas rocosas y a determinar las fallas y las fracturas que se
encuentran dentro de la fotografía.
Existen muchos tipos de redes de drenaje, en función del tipo de control
que influye en la disposición de la red se pueden
clasificar en tres grupos (López, 1978):
- Formas
de control litológico: son las redes de drenaje cuya forma
esta influenciada principalmente por el tipo de roca que domina el
territorio. Es el ejemplo de las redes rectangulares, angulares y en
enrejado.
- Formas
de control topográfico: son las redes en las que
la forma del relieve y la disposición de las pendientes determina la
estructura de la red hidrográfica.
- Formas
de control estructural: este tipo de redes de drenaje
están determinadas por la estructura geológica y la tectónica del
territorio. El control estructural puede ser de dos tipos: por plegamiento y por fracturación.
a) Control
estructural por plegamiento: se da cuando la red
hidrográfica está adaptada a los materiales plegados del territorio.
En este caso, normalmente los ríos suelen
estar adaptados a las estructuras y a la litología dando origen a
valles longitudinales que, según las estructuras por las que
transcurran, pueden ser de tres tipos: valles anticlinales cuando
coinciden con los ejes anticlinales erosionados; valles sinclinales
cuando se han desarrollado sobre el eje de un sinclinal; y valles
homoclinales si corren por las rocas blandas, situadas en los flancos
de los pliegues (López, 1978).
A veces los ríos pueden discurrir
transversalmente respecto a los plegamientos formando valles
transversales. Este tipo de valles pueden tener un origen topográfico,
cuando se crean a partir de formas de relieve especiales; un origen
tectónico, cuando los ríos coinciden con fallas o fracturas
transversales a los estratos; o genético, cuando los ríos están
encajados en una roca que se encuentra sobre otro tipo de roca más
blanda.
b) Control
estructural por fracturación: es cuando los ríos y arroyos
discurren sobre fallas y fracturas del terreno debido a que éstas son
líneas de menor resistencia.
Las redes de drenaje también se pueden
clasificar en función de
su forma en seis redes de drenaje principales (Strandberg,
1975): red dendrítica, en enrejado, radial, paralela, anular y
rectangular; y varias formas de drenaje secundarias (Strandberg, 1975;
López, 1978) que derivan de las seis redes principales:
Las seis redes de drenaje principales (según
Strandberg, 1975) son:
- Forma
dendrítica: es el modelo de drenaje más frecuente, se
caracteriza por una ramificación irregular de las corrientes
tributarias que recuerda a las ramificaciones de un árbol, de hecho, la
palabra dendrítico significa "semejante a un árbol". Además, en este
tipo de drenaje todos los ríos afluentes inciden sobre el principal con
el mismo ángulo, y el trazado de los ríos es bastante recto.
El modelo dendrítico se forma donde el
sustrato de la roca subyacente es relativamente uniforme (tanto en su
composición como en su textura y su resistencia a la erosión), sobre
suelos homogéneos y poco permeables, y en donde no hay ningún control
litológico ni estructural en la red de drenaje. Aunque se da en una
gran cantidad de materiales es común en estratos sedimentarios planos,
horizontales y blandos o en rocas ígneas masivas, y no se forma en
áreas con fallas, fracturas, plegamientos...
El modelo o la red dendrítica se divide en
tres subtipos: red pinzada, red pinnada y red subdendrítica. La red pinzada es la
más común y se da en materiales sedimentarios más o menos consolidados
como margas, calizas y algunos tipos de arcillas y se caracteriza por
la forma "en pinza" de los ríos en sus cabeceras. La red pinnada es menos
común y se identifica por la forma de "pluma de ave" de muchos de los
ríos de primer y segundo orden que forman la red. Se da en áreas con
pendientes uniformes, en áreas con rocas de textura fina, en suelos
impermeables y en áreas cubiertas por loess. Por último, la red subdendrítica se
desarrolla en áreas en las que el curso del río principal fluye a
través de un área en la que la pendiente y el control estructural es
distinta al de las áreas de los ríos afluentes.
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