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10.12. Zoosociología.
De la misma forma que existe
la ciencia de la fitosociología que estudia, en definitiva, las
relaciones sociales entre las plantas, existe la zoosociología, que
se
ocupa de las relaciones de convivencia entre los animales. Muchas
plantas suelen vivir en los mismos territorios y forman comunidades
vegetales compuestas por muchas especies, de igual manera, muchos
animales (insectos, peces, ranas...) ocupan territorios comunes,
formando comunidades
animales.
De hecho, generalmente, a
cada comunidad vegetal le corresponde una comunidad animal particular.
Por ejemplo, la comunidad de coleópteros terrícolas
Oreophileto-Dendaretum,
está estrechamente asociada a los bosquecillos
de alerces del piso subalpino de los Alpes marítimos, y los herbazales
de poseidonias (monocotiledóneas marinas) siempre están asociados a
especies características como el briozoo Electra posidoniae,
el
crustáceo Ebalia
algirica, etc. (Lacoste, 1973).
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La
zoosociología
es una ciencia muy joven, posee una metodología definida
y unos objetivos específicos pero muestra un evidente retraso respecto
de su ciencia hermana, la fitosociología, debido principalmente, a las
dificultades
intrínsecas y obstáculos de la propia ciencia (Lacoste,
1973):
- El problema de la
movilidad, tanto en el espacio
como en el tiempo. Es evidente, que el trabajo de un fitosociólogo que
tiene que delimitar el área y los límites de un bosque es mucho más
fácil que el de un zoosociológo que tenga que definir los límites y la
extensión de una comunidad de pingüinos, insectos
o leones. Los
fitosociólogos estudian especies inmóviles o con una movilidad muy
reducida, en cambio, los zoosociólogos deben estudiar especies capaces
de moverse espacialmente (algunas unos centímetros, pero otras en
cambio
cientos de kilómetros), que corren, vuelan o nadan y por lo tanto, son
difíciles de estudiar. Los animales objeto de estudio de los
zoosociólogos además, cambian sus territorios en función de su estado
de desarrollo (como los insectos o los anfibios), otras veces, en
función de la estación del año (como las aves migratorias), otras en
función de la hora del día o de la noche (como muchos depredadores que
cazan en un territorio pero se refugian en otro muy distinto)...
Algunas especies de insectos, como los carábidos, colonizan diferentes
espacios en función de la evolución anual de la vegetación.
-
La diversidad de los
animales es mucho mayor. Mientras que el número de
especies vegetales (aunque aproximado) no supera las 300.000 especies
en todo el mundo (Lacoste, 1973; Izco, 1997), el número de especies que
forman el reino Animalia es muchísimo mayor, tan sólo, el filo de los
artrópodos (insectos, escorpiones, ciempiés), supera el millón de
especies descritas. Este hecho, en general, obliga a la especialización
estricta de cada zoólogo en un grupo determinado, lo que conlleva que
normalmente el estudio de las asociaciones animales se centre en un
grupo sistemático concreto (Lacoste, 1973).
- El número de
individuos animales es muy variable, sobretodo a nivel de
microfauna.
El número y la densidad de las poblaciones animales es muy variable,
sobretodo en algunos grupos concretos como los peces o los insectos.
Algunas especies, como los abejorros o las langostas, experimentan
ciclos variables (de varios años) en relación a su población. En
algunos momentos, estas especies llegan a aumentar de forma brutal su
número debido a fluctuaciones, fenómenos externos, razones climáticas o
de competencia biológica... en general, procesos difíciles de predecir.
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La rapidez de los
procesos animales, es otra dificultad a tener en
cuenta. Los ataques de parásitos, virus o bacterias, las invasiones de
algunas especies animales... son procesos veloces y pueden tener graves
consecuencias dentro de la estructura biológica de un territorio.
-
La dificultad para
acceder a ciertas áreas habitadas por animales. Las
plantas, en general, ocupan espacios accesibles para el ser humano,
salvo algunas excepciones. En cambio existen grandes espacios ocupados
por animales, muy ricos en especies, pero prácticamente inaccesibles a
los humanos, como por ejemplo, los fondos oceánicos o las áreas
subterráneas.
Pero a pesar de todas estas dificultades o
problemas, es posible describir asociaciones
animales a partir de los
criterios y los métodos usados en fitosociología. El método
zoosociológico es similar al de las plantas, se emplean
los mismos
procesos, y las tablas y los métodos también son parecidos.
Al igual que en el método fitosociológico se distinguen tres etapas:
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En la etapa
analítica se investiga el territorio
sobre el que
se va a realizar el estudio, se toman los datos “in situ”, se crean los
inventarios y se realizan las tablas zoosociológicas siguiendo
distintos métodos y técnicas, en función del tipo de animales que se
vayan a estudiar. Al igual que en el método fitosociológico se deben
elegir áreas faunísticamente homogéneas y apuntar los índices de
abundancia-dominancia de cada especie.
En el análisis zoosociológico generalmente se suele definir el medio de
estudio: terrestre o acuático. En
el medio terrestre
se suelen realizar inventarios estandarizados en
recuadros (o superficies standard) en los que el área de investigación
se subdivide en parcelas del mismo tamaño y se cuentan todos los
individuos de todas las especies de cada parcela. A veces, se usan
inventarios numéricos standard en donde la referencia de estudio no es
una superficie concreta sino que se define en función de un número
determinado de individuos, lo que permite establecer, en porcentajes,
espectros específicos de poblamiento.
En el medio acuático,
la oceanografía y la limnología son las principales ciencias auxiliares
para la zoosociología. En estos casos se toman muestras a partir de
diversas técnicas (captura de especies, dragados de fondos,
inversiones...) que permiten conocer los coeficientes de
abundancia-dominancia y de sociabilidad de cada especie.
- En
la etapa
sintética se comparan los datos de las
tablas
zoosociológicas, se agrupan las especies más características y se
definen las asociaciones y las comunidades animales presentes en los
inventarios.
Para determinar las relaciones zoosociológicas entre
las especies y definir las distintas comunidades de animales se tienen
en cuenta la fidelidad y la constancia de las especies características,
y las asociaciones vegetales con las que se relacionan.
-
Finalmente, en la etapa
sintaxonómica se toman las
conclusiones finales y se clasifican los datos en función de las normas
de la taxonomía zoosociológica.
A modo de ejemplo, se
muestran dos inventarios zoosociológicos (según J. Amiet y R. Molinier)
publicados en el libro de Biogeografía de Alain Lacoste y Robert
Salanon (editorial Oikos-Tau, 1973).
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Ejemplo de asociación
animal: «Oreophileto-Dendaretum
tristis», comunidad de coleópteros
terrícolas de los bosquetes de alerces del piso subalpino de los Alpes
marítimos, de 1.600 a 2.000 m (según J. Amiet).
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Ejemplo
de biocenosis marina: la «Neogoniolitho-Lithophylletum
tortuosi»,
biocenosis de los acantilados batidos por el oleaje del piso
mesolitoral mediterráneo, que corresponde a rebordes de algas calcáreas
incrustantes (según R. Molinier, cabo Corso).
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página con la bibliografía del capítulo de
fitosociología...
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www.biogeografia.net
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