Las técnicas y los
métodos cartográficos han evolucionado y
mejorado a lo largo de la historia. Y aunque dentro de la evolución
histórica de la cartografía, los mapas de vegetación y fauna son
relativamente modernos, en la actualidad se está experimentando un gran
impulso cuantitativo y cualitativo en estos tipos de mapas gracias al
desarrollo de las nuevas tecnologías (satélites, sistemas de
información geográfica, redes informáticas, estaciones de
seguimiento...).
A continuación se expone un vídeo en el que se
muestran los mapas más importantes de la historia, desde los babilonios
hasta la actualidad. En este vídeo se puede ver como se va ampliando el
espacio conocido con el paso del tiempo, y como van evolucionando las
técnicas de representación, el estilo, el diseño, la proyección...
Evolución del
mapa del mundo. Vídeo realizado por Alberto Díaz, 2016.
Para conocer mejor la utilidad y la
potencialidad de los mapas es recomendable hacer un breve repaso a la
historia
de la cartografía a nivel mundial.
C1.1. Cartografía antigua.
Existe una gran controversia sobre cual es el primer
mapa de la humanidad, aunque todos los historiadores
aseguran que la cartografía es más antigua que la propia escritura.
Algunos
autores (como Meece, 2006) piensan que el mapa más antiguo es un mural
que representa la antigua ciudad de Çatalhöyük en Anatolia
(anteriormente conocida como Hüyük Huyuk), y que está fechado en el VII
milenio a.
E., otros autores (Meek, 1932) opinan que el primer mapa es una
tablilla de barro cocido de unos 4.500 años, realizada por los
babilonios y que representa la ciudad de Gasur (también conocida como
Nuzi) y el valle de un río, posiblemente el Eúfrates.
Sea cual fuere el mapa más antiguo de la historia, está claro que el
primer gran impulso de la cartografía fue producido gracias a los babilonios. Esta
civilización realizó los primeros mapas (o esquemas) del mundo
conocido, regionales, de ciudades, mapas parcelarios... y los primeros
mapas en los que se tenía en cuenta la orientación, los círculos
terrestres, la escala... (Millard, 1987).
Plano babilónico de un campo de Umma (Irak), realizado sobre arcilla,
3900 años a.E.
Fotografía de Alberto Díaz.
Más tarde, aparecen los mapas de la
civilización
egipcia, que aunque no son mucho mejores que los mapas
babilonios, destacan entre ellos, el mapa ordenado por Ramses
II (1333-1300 a.E) que incluía mediciones
precisas de los
periodos de inundaciones y sequías del Nilo, y otros mapas realizados
con
fines bélicos, económicos y/o catastrales. También destaca en
esta época la cartografía de la civilización
fenicia en la que se encuentran mapas prácticos y
las primeras
cartas naúticas, como la carta
de Mario de Tiro.
Mientras, en Asia, destacaban los mapas chinos por
su
complejidad, su calidad, porque representan casi todo el continente
asiático
(desde Persia hasta Japón) y porque desde el siglo I d.E se empiezan a
realizar
sobre papel. Dentro de la cartografía china sobresale el geógrafo y
cartógrafo Pei
Xiu (224-271 d.E.), que en sus mapas
usa divisiones rectilíneas para localizar lugares, un sistema de
orientación, un sistema para representar la escala y la
altitud, líneas que indican redes de caminos...
Pero a pesar de la calidad de los mapas de China, la cartografía
occidental actual deriva de los mapas de la civilización
griega. Los mapas griegos llegaron a tener una calidad muy
alta que no
fue superada o igualada hasta el siglo XVI. Los cartógrafos griegos
admiten la forma esférica de la tierra, introducen el sistema de
localización geográfica (con longitudes y latitudes), construyeron las
primeras proyecciones y calcularon el tamaño de nuestro planeta.
La mayor parte de la cartografía griega se conoce a través de los
escritos de Herodoto y Estrabón. Estos dos escritores mencionan
a Anaximandro de
Mileto (611 a 547 a.E) que realizó
un mapa de todo el ámbito de la tierra, con mares y ríos; y
a Hecateo de
Mileto (550 a 476 a. E.) que perfeccionó
el mapa de Anaximandro y escribió una descripción sistemática del mundo.
También destacó en este periodo el geógrafo Eratóstenes de
Cireno (276 a 196 a. E.) que fue capaz de medir
la longitud de
la tierra con un alto grado de precisión (cometió un error menor de
sólo el 15%). Para ello, observó que en la ciudad de Siena (que está
situada cerca del Trópico de Cáncer), el 21 de junio, el sol siempre
iluminaba el fondo de un pozo, mientras que ese mismo día, en años
distintos, en Alejandría veía que los rayos incidían paralelamente
sobre la perpendicular terrestre con un ángulo de 7º 12’. Después,
midió la distancia entre ambas ciudades, calculando el tiempo que
tardaba en llegar de una ciudad a otra, y teniendo en cuenta que el
planeta es redondo (o casi), pudo medir la longitud de un meridiano y
la circunferencia de la Tierra.
Pero, el personaje por excelencia de la cartografía griega
fue Claudio
Ptolomeo (100-170 d. E.) y su obra
geográfica y cartográfica titulada Geographia.
Esta obra
de gran calidad está formada por 8 volúmenes y se compone de un
mapamundi (que abarca desde las islas Canarias hasta China) y 26 mapas
detallados. Geographia es
un atlas trascendental en
la historia de la cartografía, en ella aparecen los grados de latitud,
el ecuador, la escala y un sistema de climas. Está orientada hacia el
norte y tiene proyección cónica. Destaca por su calidad y su exactitud
(que no fue superada hasta varios siglos más tarde) aunque posee
algunos errores, derivados en parte, a que Ptolomeo toma como
referencia el valor de la circunferencia de la Tierra que calculó
Posidonio, en vez de tener en cuenta el valor de Eratóstenes, que era
mucho más preciso.
Versión de la obra de Claudio Ptolomeo realizada por el cartógrafo Lord
Nicolas the German (Donnus Nicholas Germanus), el grabador Johann the
Blockcutter of Armsheim y el traductor Jacobus Angelus, para la edición
de 1482 de Leinhart Holle. Imagen con Licencia de Dominio Público vía
Wikimedia Commons. Enlace de wikimedia commons del mapa en alta calidad.
La cartografía
romana supone un cierto retraso a nivel técnico
respecto a la
griega. Los cartógrafos romanos no aplican mediciones astronómicas,
coordenadas ni proyecciones en sus mapas. Realizan mapas prácticos (con
fines militares y administrativos) pero muy poco realistas. En ellos,
se representan principalmente los caminos y las ciudades del Imperio
Romano, se sitúa a Roma en el centro y se exagera el tamaño de Italia.
El mapa más característico de este periodo es la Tabula
Peutingeriana (o Tabla de Peutinger), un mapa de
gran tamaño,
de 30 cms. por 6 m. de largo, realizado por un autor desconocido en el
siglo IV. No es un mapa en sentido estricto, realmente es un
cartograma, puesto que no tiene ni proyección ni escala, pero aún así
tiene un gran valor histórico y práctico puesto que en él aparecen unos
5.000 lugares de Europa, África y Asia. Actualmente no existen
versiones originales del mapa, sino copias posteriores de los siglos
XIII, XV y XVI.
Fragmento de la Tabula Peutingeriana (en el que
aparece la península Ibérica, las islas Británicas y parte del norte de
África) realizado por Conradi Milleri, Ulrich
Harsch Bibliotheca Augustana. Imagen con Licencia Dominio
Público via Wikimedia Commons.