Desde que en 1872 el Congreso de los Estados Unidos de América nombrara
a Yellowstone el primer Parque Nacional, muchos países de Europa y el
resto del mundo comenzaron a declarar y a delimitar ciertos espacios de
gran valor natural para protegerlos de posibles daños.
La política proteccionista en materia de medioambiente tuvo una
evolución positiva, al menos siempre ascendente, durante el siglo XX,
sobretodo a partir de los años 60 y 70 con el auge de los movimientos
ecologistas. Los estados pronto ampliaron el número de espacios
protegidos y empezaron ha reconocer la necesidad de crear medidas
especiales hacia sus áreas naturales más preciadas.
A nivel internacional, también se desarrolló una red mundial de
espacios protegidos gestionados a partir de la UNESCO: los espacios
Patrimonio de la Humanidad, las Reservas mundiales de la biosfera y las
áreas protegidas de la IUCN.
A nivel faunístico se crearon los Humedales del Convenio Ramsar, las
Zonas Espcialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo
(ZEPIM) y la Red OSPAR de Áreas Marinas protegidas. Y a nivel geológico
y paleontológico los Geoparques (o Geoparks), los Geositios
(Geosites) y la red de puntos GSSP (Global Boundary Stratotype Section
and Point).
Finalmente, por su valor didáctico destacan los museos de Ciencias
Naturales, y por su carácter especial como refugio de vegetación y su
belleza también destacan los jardines botánicos.
(*) En la página web Protectedplanet.net, elaborada por
la UNEP, la
WCMC y la IUCN se encuentra un mapa con los principales espacios
protegidos del mundo, además en esta página también se pueden descargar
las capas digitales de los espacios en formato KMZ, CSV y SHP.
Palmeral del oued del Toudgha (o Todra) en Tinghir
(Marruecos).
Fotografía de Alberto Díaz, 2019.